Amado Señor, en tu palabra, nos enseñaste a honrar a nuestras madres.
En este día tan especial, te damos gracias y oramos por todas las madres.
Acompáñalas en todo momento de su camino.
Pon en cada madre el amor y el conocimiento de Dios para que se lo enseñen a sus hijos, ya que no hay mejor herencia para un hijo que la de fe y esperanza en las promesas de Jesucristo.
Bendice a las madres cuyos hijos están lejos en este día,
a las madres que nos cuidaban cuando estábamos indefensos,
a las madres que nos confortaban cuando estábamos heridos,
a las madres cuyo amor y cuidado a menudo dábamos por sentado.
Nos levantamos a ti Señor:
Aquellos que están afligidos por la pérdida de su madre,
Aquellos que anhelaban ser madre y cuyos sueños no se cumplían,
Aquellos que nunca conocieron a su madre biológica, y ahora anhelan por ella,
Aquellos que han experimentado la maravilla del amor de una madre adoptiva,
Esas familias separadas por la guerra o el conflicto,
Aquellos que no son madres biológicas o adoptadas, pero que se preocupan por nosotros con el amor de una madre.
Señor, dé a todas estas mujeres su bendición especial.
Te damos gracias, Señor, por el amor de las madres que nos has dado,
Cuyo amor es tan precioso que nunca puede medirse,
Cuya paciencia parece no tener fin.
Que podamos ver su mano amorosa detrás de ellos y guiarlos.
Oramos para que bendigas a estas mujeres con el tiempo, el amor y la paciencia para cumplir su llamado como madres.
Bendicelas con tu amor especial.
Lo pedimos en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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