Hoy, continuamos la celebración de Navidad en nuestra Iglesia Católica con la solemnidad de la Epifanía de Nuestro Señor. En el Evangelio, escuchamos sobre la visita de los tres reyes magos al niño Jesús en el pesebre en Belén. En muchos sentidos, esta visita de los magos es un catequesis sobre Jesús y su misión para nosotros, los discípulos de Cristo en el mundo moderno. El mensaje de la visita de los magos es que Jesús está enviado por la parte de Dios Padre para ofrecer la salvación de Dios a todos los hombres de la tierra, no solo para un grupo pequeño o un grupo privilegiado. Esta salvación es un don de Dios - una gracia de Dios - algo que no podemos ganar por nuestros medios. Es interesante que los magos son reyes del oriente, que son paganos, no son judíos. Ellos vienen a Belén para adorar al niño Jesús, mientras Herodes y los sacerdotes queden en Jerusalén con su ira y sus inquietudes. En verdad, Herodes está perturbado con el nacimiento de este niño especial. Herodes no quiere visitarlo. Al contrario, él quiere planear su muerte. Herodes no tiene alegría en su corazón cuando él recibe esta noticia, pero los magos están gozosos porque ellos reconocen este niño como el salvador del mundo, como un don de Dios para toda la humanidad.
A veces, nosotros también no podemos reconocer las maravillas de nuestra fe que están en frente de nosotros – no podemos reconocer los dones de Dios que tenemos en nuestras manos. Jesús está rechazado por su pueblo, por la gente que espera el Mesías. Pero, al contrario, los extranjeros – los reyes magos - reconocen su identidad verdadera. Todos los hombres del mundo forman el nuevo pueblo de Dios en el nacimiento de Cristo. Por este pueblo nuevo, la salvación es para todo el mundo. Tenemos la libertad, la voluntad, para aceptarlo o para rechazarlo. Nosotros tenemos señales para encontrar a Jesús como los magos tenían esta estrella muy especial. Como esta estrella tenía una luz muy brillante, Jesús es la luz mas brillante en las tinieblas las sombras del mundo. Es una cosa para conocer los mandamientos de Dios y sus sagradas Escrituras, pero es otra cosa para seguir la Luz de Jesucristo y para caminar en esta luz en nuestro viaje de fe. Es otra cosa para mirar con gozo y humildad el nacimiento de nuestro Señor.
Me gusta el cuento de los tres reyes magos muchísimo. En mi imaginación, puedo imaginar los reyes viajando en el desierto, en la realidad de sus desafíos y de sus miedos, en la mitad de la violencia y las guerras del mundo. La verdad que existe en su viaje a través el desierto para llegar a este pesebre en Belén tiene un mensaje muy importante para nosotros hoy día. Su camino como discípulos es un ejemplo para nosotros. Es un ejemplo de fe que podemos imitar.
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