Leí un libro sobre Semana Santa con el título - La Última Semana. En este libro, dice que el Viernes Santo, el día de la muerte de Cristo, es el día mas solemne del año cristiano. En español, el nombre de este día es “Viernes Santo,” pero en ingles, se llama “Viernes Bueno” - “Good Friday.” Es interesante - en alemán, este día se llama Viernes doloroso. En ingles, tal vez se llama “Viernes Bueno” porque en verdad es el día de la muerte terrible de Cristo, pero también es día donde el mundo recibió la redención.
Este día no solo es sobre la muerte de Cristo - en este Viernes Santo, hay una conexión entre la muerte y resurrección de Cristo. En el vía crucis en nuestras oraciones cada viernes durante la cuaresma, podemos conectar los sufrimientos de Cristo con nuestros sufrimientos y sacrificios que tenemos en nuestro camino. En la novena estación, donde Cristo cayó por la tercera vez, oramos, “Dios todopoderoso y eterno, permitiste que tu hijo era debilitado, aplastado y y profanado para resucitar de entre los muertos y liberado de los estragos del pecado. Ayúdanos a aceptar nuestras debilidades y defectos como precursores de nuestra gloriosa resurrección en unión con tu hijo “. Esperamos que en la unión de nuestros sufrimientos y debilidades con el camino de Cristo puede darnos la ayuda de crecer en nuestra fe y en nuestros y puede darnos significado en nuestro camino.
Es fácil para decir que tenemos fe cuando todo está bien. Pero, en las tinieblas de nuestra vida, tal vez queremos gritar en las palabras del salmo de Domingo de Ramos - “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” En la pasión de Cristo, tenemos Pedro y Judas y el muchedumbre - ellos abandonaron a Cristo. Pero, también, tenemos la Virgin María y María Magdalena y María, la madre de Santiago y de José - ellas están con Cristo en su camino doloroso. Y José de Arimatea - él está allí a la tumba.
En este camino con Cristo en la semana santa, damos honor a Cristo en este día de su muerte. Veneramos la cruz de Cristo en nuestra fe, en nuestra humildad, pero con un sentido de misterio. En la conexión que tenemos con Cristo en la realidad de nuestra vida, en la conexión con su pasión y su muerte, esperamos en la resurrección que vendrá.
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