“El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció.” Estas son las primeras palabras que escuchamos del profeta Isaías en nuestra misa de Noche buena. La luz de Cristo que brilla en la oscuridad de la noche es una imagen tan poderosa para nosotros en la oscuridad y el frío del invierno. Acabamos de marcar el solsticio de invierno el 21 de diciembre, el día con la menor cantidad de luz y del sol en el año. Entonces, la imagen de Jesús brillando en la oscuridad es una realidad para nosotros en la temporada del invierno. Vemos la Navidad por nuestros propios ojos, y esa perspectiva puede variar mucho. Podemos mirar a la Navidad por los ojos de un niño: les gustan dar y recibir los regalos de Navidad, les gustan comer la galletas de Navidad y dulces especiales, una temporada de árboles de Navidad, luces y decoraciones. La semana pasada, celebramos la Navidad con los residentes de la comunidad de los ancianos de Traceway, recordando a los amigos y los familiares que están enfermos o que han fallecido, disfrutando de dulces navideños y oyendo las canciones de Navidad, pensando en los recuerdos de muchas celebraciones navideñas del pasado - de familiares y amigos. Hoy escuchamos el Evangelio de Lucas sobre el nacimiento de Jesús, de María y José viajando a Belén desde su ciudad natal de Nazaret, de su búsqueda de una posada, de su nacimiento del humilde pesebre, de los ángeles proclamando la Buena Nueva del nacimiento de Cristo a los humildes pastores en el campo con su rebaño.
No sólo tenemos nuestros propios ojos para ver la verdad de Navidad, no sólo tenemos el Evangelio de San Lucas, sino que los otros tres evangelios también dan tres perspectivas muy diferentes. El Evangelio de Marcos no menciona el nacimiento de Jesús, sino que comienza con Jesús y Juan el Bautista como adultos, con Juan bautizando a Jesús y al pueblo de Israel en el río Jordán, preparando el camino para el Señor. Mañana por la mañana, a la misa de las 10:30 am, tenemos el comienzo del Evangelio de San Juan. El Evangelio de San Juan no menciona los ángeles, los pastores, María, José y los tres Reyes Magos. Juan nos da una imagen mística y poética de Jesús como la Palabra de Dios que existió al principio, como la Palabra que da luz y vida a toda la creación.
Sí, traemos nuestra propia perspectiva a la historia de Navidad. En la Noche Buena del año de 1992, yo estaba sirviendo como misionero en Winnipeg, Canadá. Yo había llegado en octubre de ese año para servir como misionero trabajando en una cocina de sopa en el centro de esta gran ciudad canadiense. Cuando llegué en octubre, Winnipeg ya había tenido su primera nevada. Ya era un invierno frío y oscuro cuando la Navidad llegó a la ciudad. Estaba sirviendo en un grupo misionero ecuménico. El pastor de la congregación menonita me pidió que hablara en el celebración de la Noche Buena acerca de mi experiencia con Cristo como la luz en mi vida. De hecho, recuerdo tan claramente que cuando manejando mi bicicleta al servicio de la iglesia esa noche, la temperatura era menos 40 - sin el frío del viento. Mientras pensaba y oraba acerca de Cristo como la luz de mi vida, la luz de Cristo estaba en la gente que servimos en la cocina de sopa, no sólo en sus luchas y desafíos de la gente que estaba uniendo a la cruz de Cristo, sino también en el espíritu de comunidad que había allí. Los dos años que pasaba trabajando allí en Winnipeg han influido el resto de mi vida y en mi sacerdocio de una manera importante. Son recuerdos maravillosos de la Navidad y de Cristo como una luz que brilla en la oscuridad.
José y María tuvieron dificultades para encontrar un lugar donde quedarse cuando llegaron a Belén. Este camino de encontrar alojamiento está representado en la tradición de nuestra comunidad hispana de las posadas que celebramos cada temporada de Adviento aquí en St James. La comunidad hispana celebra una novena, nueve días seguidos en la cual rezamos el rosario y recreamos las vidas de María y José justo antes del nacimiento de Jesús. Cada noche tuvimos más de 100 personas atendiendo, con muchas familias y niños pequeños, pasando por esta maravillosa tradición de Adviento y Navidad y preparando un lugar en nuestro corazón para que Jesús residiera.
Caminaremos con Jesús de una manera especial durante la temporada navideña durante las próximas dos semanas. El próximo fin de semana celebraremos el Año Nuevo y María, la Madre de Dios en nuestra misa. El fin de semana después de eso celebraremos la visita de los Reyes Magos al niño Jesús. Mientras los Ángeles cantan esta noche, mientras María y José dan la bienvenida a su recién nacido, mientras los pastores oyen de la Buena Nueva de Dios, regocijémonos de la presencia de Cristo la luz con nosotros. Veamos esa luz de Cristo. Seamos esa luz.
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