Monday, July 1, 2013

7/7/2013 - Decimotercero Domingo del Tiempo Ordinario – Lukas 10,1-9

     Jesús envió a sus discípulos al mundo de dos en dos para predicar el reino de Dios al mundo. Era un trabajo muy duro, pero no podían llevar muchas cosas con ellos. Según Jesús, no podían llevar ni sandalias, ni dinero en una bolsa, ni una mochila. Yo viajaba mucho como misionero en las selvas de Ecuador con los misioneros combonianos, un grupo de sacerdotes, monjas, y laicos.  Viajaba a los pueblos chiquitos cada fin de semana por canoa para tres o cuatro horas. No pensaba que llevaba muchas cosas cuando viajaba a las aldeas, pero con el mensaje que Jesús nos da en el Evangelio de hoy, en verdad, llevaba muchas cosas conmigo. 
Vamos a ver que yo tenía cuando viajaba -–
1)    Una mochila grande.
2)    Unas botellas de agua.
3)    Una botella pequeña de yodo para tratar el agua.
4)    Una toalla, jabón, y un traje de baño para bañar. 
5)   Una Biblia en español.
6)   Ropa.
7)   Un saco de dormir.  
8)   Radio de onda corta. 
9)   Cepillo de dientes y pasta de dientes. 

      Como explicaba, no pensaba que tenía muchas cosas conmigo en los viajes, y no pienso que Jesús quería el martirio para los discípulos o para tener dificultad para tener la comida.   Más bien, pienso que las instrucciones de Jesucristo nos enseña que necesitamos confiar en cuando estamos viajando como discípulos.  Si llevamos muchas cosas materiales con nosotros, podemos ser esclavos a nuestros posesiones.  Según nuestro Señor, necesitamos tener dependencia en Dios – es la razón de las instrucciones de Jesús en el Evangelio de hoy.  Cuando yo hice una descripción de las cosas en mi mochila, no tenía la comida allí.  Podía llevar las latas de comida conmigo – era una posibilidad.  Pero, para confiar en la generosidad de la gente donde yo trabajaba para la comida, me ayudaba para crecer en mis relaciones con ellos y para cruzar las fronteras de comodidad.  Con experiencias como eso, me sentía como misionero verdadero. 
     En nuestra vida de fe, necesitamos hacer sacrificios – tenemos esta llamada.  Entonces - ¿Qué necesitamos hacer para tener dependencia en Dios para crecer y desarrollar en nuestra viaje de fe?  Es una pregunta muy buena que necesitamos preguntarnos en la luz del Evangelio de hoy. 


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