Hoy, escuchamos un enseñanza de Jesús en su encuentro con
los fariseos. Este encuentro nos
presenta la hipocresía y la superficialidad de los fariseos en comparación de
la sinceridad y gentileza de Jesucristo. Para mi, es muy interesante que los fariseos siempre
quieren atrapar a Jesús con sus preguntas.
Ellos no quieren avanzar en sus vidas de fe, o crecer en sus relaciones
con Dios, o aprender mas sobre Dios. Siempre, los fariseos y los escribas quieren dañar el
ministerio de Cristo y la proclamación de su reino. En lugar de atrapar a Jesús con nuestra preguntas y
nuestras frustraciones, tenemos la llamada de dar alabanzas a Dios y de
construir su reino aquí en nuestro mundo, en nuestra realidad.
En nuestra existencia como seres humanos en la imagen de
Dios, debemos alabar y glorificar a Dios como una reflexión de la dignidad que
El amerita. Somos creado en esta imagen divina, y por eso, nuestra vida
debe ser un cántico de alabanza para Dios. San Agustín explicó sobre el Evangelio de hoy: “Así como el
César exige su imagen en tu moneda, así del mismo modo, Dios exige su propia
imagen en tu alma. Da a César -dice- aquello que es del César. ¿Qué cosa exige
el César de ti? Su propia imagen. ¿Qué cosa te exige el Señor? Su propia imagen
también. Pero la imagen del César está sobre la moneda, en cambio la imagen de
Dios está en ti mismo – (es en tu alma y en tu cuerpo y en tu mente.) Si lloras
cuando pierdes la moneda, porque has perdido la imagen del César ¿no deberías
llorar cuando adoras a los ídolos porque injurian en ti la imagen de Dios?”
Según Cristo en nuestro Evangelio de hoy, nosotros como
seres humanos, debemos reconocer a Dios como el único Señor. Si, es verdad, solo Dios debe ser nuestro
Señor. Y por eso, debemos darle gracias. Necesitamos darnos cuenta que por la gracia de Dios,
tenemos el don de nuestra existencia, el don de nuestra fe, con el don de
nuestra redención y salvación. Por estos dones, tenemos la llamada de darle gracias. Nuestra vida debe ser una “acción de gracias” a Dios, con
el amor del Padre que tenemos en nuestra relación con su Hijo. Toda de nuestra vida es un don que tiene su origen en Dios.
Dios nos dice hoy – “Den al César lo que es del César y
a Dios lo que es de Dios.” Son palabras muy sencillas, pero muy profundas también. Pero, Cristo no nos dice que no necesitamos participar en
el gobierno o en la vida de la sociedad. El mensaje que ustedes deben escuchar en las palabras de
nuestra Iglesia es el mensaje de justicia y solidaridad y unidad. El nuevo Arzobispo de Chicago, Blase Cupich, explicó que la
Iglesia nunca debe estar satisfecho que está haciendo lo suficiente si todavía
hay problemas sociales en nuestra sociedad." Según el Arzobispo: “Sería ingenuo por nuestra parte pensar
que este es el Reino de Dios y hemos hecho lo suficiente. No podemos darle la
lata acerca de estas cosas, pero tenemos que asegurarnos de que seguimos
presionando hacia adelante y conversar con la gente en la verdad."
Como testigos de Cristo en el mundo, tenemos la llamada de
cambiar las leyes y las actitudes que son contra el Evangelio de la Vida, el
respeto de la vida humana. Ustedes como la comunidad hispana puede contribuir mucho a
nuestra parroquia y nuestra sociedad en su compartir de su camino y sus
experiencias.
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