Muchas personas en nuestro mundo hoy quieren
vivir sin muchas leyes y reglas en su vida.
Para ellos, una vida sin reglas es una vida con libertad. Pero, San
Pablo dice el contrario, que una vida con los mandamientos de Dios y como
discípulo de Cristo es una vida liberada. En verdad, para Pablo, Cristo es nuestro
libertador, y para vivir en libertad, necesitamos vivir con el conocimiento de
Cristo. Pablo escribió a la comunidad cristiana en
Galacia – sus miembros estaban paganos convertidos en el Camino de Cristo. Pero, algunos judíos vinieron a su comunidad con
la idea que ellos estaban obligado a rendirse a la Ley de Moisés. En su comunicación a los gálatas, Pablo defendió
la libertad ante la ley. Pero, en nuestro libertad, necesitamos vivir en
la luz del Espíritu Santo y servir a nuestro prójimo – necesitamos vivir en la
ley de Dios que es suprema antes de todas las otras leyes. Pablo quería mostrar que la ley de Moisés en el
Antiguo Testamento es provisional y necesario en esta época. Pero, en la llegada de Cristo y nuestra salvación
en El, tenemos la ley de Dios en El con mas claridad. Pablo dice que Cristo nos ha liberado para que
seamos libres. Pero, en esta libertad, no tenemos la llamada de
ponernos en la esclavitud de nuestro mundo - debemos seguir en el Camino de la
fe según nuestra vocación.
En estos días, los obispos de los Estados Unidos
han declarado una Quincena de la libertad – días para reconocer los derechos
que tenemos en nuestro país y días de oración para orar en la luz de nuestra
libertad religiosa. Nuestros obispos llaman la libertad religiosa
nuestro primera libertad, un don muy precioso para nosotros. Esta libertad es en la primera enmienda de
nuestra Constitución – la fundación de todas nuestras libertades. Si no tenemos la libertad de formar nuestra
conciencia y nuestra fe religiosa, no tendremos las otras libertades en nuestra
vida.
San Pablo nos explicó que la libertad no es algo
que inventamos para nosotros mismos – no es algo que el gobierno nos da según
su propia voluntad. Nuestra libertad es de Dios – es su don para
nosotros. Como católicos y como americanos, debemos
insistir en el reconocimiento de nuestra libertad – la libertad de vivir
nuestra fe y la libertad de servir nuestros hermanos según la llamada que
tenemos en nuestra fe.
Oremos - Dios Todopoderoso, Padre de todas las
naciones, por la libertad Tu nos liberaste en Cristo Jesús (Gal 5:1 ). Te alabamos y te bendecimos por el don de la
libertad religiosa, el fundamento de los derechos humanos, la justicia y el
bien común. Concede a nuestros lideres la sabiduría para proteger y promover
las libertades; por tu gracia, tenemos el coraje de defenderlas,
para nosotros y para todos los que viven en esta tierra bendita.
Te lo pedimos por intercesión de María Inmaculada,
nuestra patrona, y en el nombre de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, en la
unidad del Espíritu Santo, con el cual usted vive y reina, un solo Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.
No comments:
Post a Comment