¿Como
podemos tener una conversión en nuestro corazon? Las lecturas de hoy hablan
sobre este tema. El profeta Ezequías habla
sobre la responsabilidad personal que necesitamos tener en nuestra vida de fe, una
responsabilidad de convertir nuestras almas a Dios. Recibimos el don de
salvación de nuestro Salvador. Segun Ezequías, nuestras obras y nuestro camino
de fe tienen consecuencias, especialmente si no nos arrepentamos de nuestros
pecados y nuestras debilidades.
En
el Evangelio de hoy, tenemos un lección sobre nuestra responsibilidad tambien.
No es sufficiente para seguir nuestro Señor y sus mandamientos sólo con
nuestras palabras y nuestros pensamientos, pero es necesario que nuestras obras
y nuestra acciónes acompañen nuestras palabras. Sin cambios en nuestra vida, no
es una verdadera conversión. Por esta razón, segun el Evangelio de San Mateo,
los publicanos y las prostitutas precederán a los maestros de la ley en el
Reino de Dios. Las prostitutas y los publicanos dijeron “no” en sus palabras y
en sus vidas a la voluntad de Dios antes de su conversión a Dios, pero después,
en el gran cambio en su vida de fe, ellos están siguiendo nuestro Señor en su
plenitud. Los maestros de la ley dicen
que están siguiendo el camino de fe, pero no sienten la necesidad de convertirse
y de hacer penitencia por los pecados en su vida. Con sus palabras, ellos dicen
“sí” a Dios, pero en sus obras y sus acciónes , ellos dicen “no.”
Nuestra
segunda lectura de la carta de San Pablo a los filipenses nos da un modelo para
seguir. Cristo es nuestro modelo como un
siero en su humildad y en su viaje a la cruz. Cristo es nuestro modelo en su
humanidad y su divinidad, y en la manera que El cumplió con sinceridad la
voluntad de su Padre. Es verdad, a veces nuestro camino no es fácil. Pero, poco a poco, con cada paso, podemos
avanzar en nuestro camino de fe.
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