Jesucristo nos llama a perdonar. Cuando perdonamos a nuestros hermanos, cuando perdonamos
a nuestros enemigos, imitamos el perdón, el amor, y la misericordia de Dios,
la verdad que tenemos en El. En
el Evangelio de hoy, nuestro Señor nos da una parábola del siervo sin
misericordia. Este siervo debía a su maestro una cantidad de dinero muy grande. Su
maestro podía tener un corazon muy rígido con èl, pero el maestro tenía
compasión y le perdonaba su deuda grandísima. Esta
parábola demuestra el perdón de Dios en una manera que podemos entender muy
bien. Es mucho que nosotros le debemos, pero Dios tiene misericordia para
nosotros - El nos perdona. Podemos hacer muchas cosas en nuestra vida de
fe. Podemos hacer obras de
caridad. Podemos luchar contra la
opresión y la injusticia que existen en nuestro mundo moderno. Pero, nada es suficiente para pagar
nuestra deuda con Dios. Dios nos
perdona siempre, porque su miericordia no conoce las fronteras, no conoce los
limites.
La palabra de Dios
siempre habla a la realidad de nuestra vida.
Y hoy dia tenemos una realidad que no podemos olvidar. La fecha de hoy
es el once de septiembre de 2011. Es
el décimo aniversario de los ataques terroristas aqui en los Estados
Unidos. Vivimos en un mundo donde
muchas personas viven con el espiritu de venganza, de retribución, de
violencia. Pero, todo de eso es
contrario del espirito del Evangelio de Jesucristo. Con el perdón de Dios que tenemos en
nuestra vida de fe, tenemos la libertad de elegir nuestro camino. Y diez años
despues de estos ataques terroristas, podemos ser como el siervo de la
parábola en el sentido que no queremos imitar la compasión que Dios nos
enseña. En la parábola, Jesús explica
que el siervo no es capaz de ser compasivo con quien tiene con él una deuda
pequeña. Y hay deudas pequeñas y deudas grandes en nuestro camino de fe - es verdad.
La llamada que tenemos en el Evangelio de hoy es muy
fuerte. Necesitamos sembrar las semillas de perdón y de misericordia en nuestra
vida, con nuestros hermanos y con nuestros enemigos. Para el perdón que tenemos en nuestra fe cristiana, es muy importante
para tener conciencia de sentirse perdonado por Dios en la realidad de
nuestra vida. Sólo en nuestras relaciones con Dios, podemos encontrar el
sentido de perdón en el contexto de las ofensas dolorosas que hemos comitido. La enseñanza que tenemos en nuestro
Evangelio es clara: sólo quien perdona a su prójimo puede recibir el perdón
del nuestro Señor. La persona que no está dispuesta a perdonar, demuestra que
no tiene un corazón renovado.
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This is a blog of homilies, reflections, and photos from a Roman Catholic priest serving in the Diocese of Jackson in the state of Mississippi. Currently, I am the pastor of Holy Savior in Clinton and Immaculate Conception in Raymond. I also serve as Vicar General of the Diocese.
Friday, September 9, 2011
9/11/2011 – la homilia del Domingo XXIV del tiempo ordinario - aniversario de 9/11 – ciclo A - Mateo 18, 21 - 35
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