Monday, June 17, 2013

6/23/2013 – Duodécimo domingo del tiempo ordinario – Lucas 5,18-24

     «¿Quién dice la gente que soy yo?»  Es la pregunta que Jesucristo tiene para sus discípulos en el Evangelio de hoy, y es la pregunta que tiene para cada uno de nosotros en nuestra vida de fe. Los nombres que tenemos para las personas y las cosas en nuestra vida ayudan a definirnos también. Y los nombres que tenemos para estas cosa pueden establecer las fronteras y los limites que tenemos en nuestra vida.  El Evangelio de hoy explica que la muchedumbre tenía una opinión muy buena de Cristo, porque le identificó con los lideres de su religión – Elías y Juan el Bautista. Y Jesús pregunta si ellos tienen otro nombre para el – y les pregunta en otra manera - «Quien dicen que soy yo?»  Pedro le contesta con una profesión de fe - «Tu eres el Mesías de Dios.»  Aunque Pedro entienda la identidad verdadera de Cristo con esta profesión de fe, él tiene mucho para aprender sobre los detalles de su identidad.  El no entienda que Jesús no es un líder militar que llevará la gloria a Israel otra vez.  El no entienda que Jesús es el sirviente que va a sufrir mucho por el redención del mundo.
      Si, Pedro y los otros discípulos tenían mucho para aprender sobre Jesucristo y sus enseñanzas, y nosotros también tenemos un viaje de toda la vida con desafíos para crecer en nuestra y en nuestra relación con Cristo.  Como niños, probablemente aprendimos imagines y nombres por Cristo – como la Luz del Mundo, El Hijo de Dios, y el Buen Pastor.  Estos nombres y imagines son importantes, especialmente en nuestro conocimiento de Cristo y de nuestra fe.  Algunos adultos ya tienen los mismos imagines y nombres para Cristo que tenían en su niñez – ellos se niegan a avanzar en nuestra fe.  Pero, para crecer en nuestra fe, tenemos el desafío a ir mas allá con nuestros nombres y imágenes de Cristo, para crecer en nuestra relación con El, y para caminar con El cada día. Jesús nos dice en el Evangelio – necesitamos caminar con nuestra cruz diaria – necesitamos seguir como sus discípulos. Necesitamos perder nuestra vida por la causa de nuestra fe para conservarla.
      Vivir como discípulos no es algo ocasional o a tiempo parcial.  Es necesario para ir a la misa cada domingo – pero nuestra fe es mas de eso.  Para perder nuestra vida por la causa de Cristo – es nuestra llamada como sus discípulos – es para todos nosotros, no solo para los mártires y los santos.
       Los musulmanes tiene noventa y nueve nombres de Dios en su tradición religiosa.  Ellos hacen una oración de estos 99 nombres en sus cuentas de oración muy parecida de nuestro rosario.  En estos nombres, ellos identifican las características y los atributos de Dios.  Asimismo, en la nuestra religión católica, tenemos nombres diferentes para Jesucristo.  Esta semana, podemos reflexionarnos sobre los nombres y imagines que tenemos personalmente para Cristo en nuestra vida.  Reflexionando sobre estos nombres y imagines pueden decir mucho sobre nuestra relación con Cristo, sobre la manera que Cristo está interrelacionándose en nuestra vida.  Como podemos madurar y crecer en los imagines y los nombre que tenemos por Cristo – en la manera que nosotros nos hace amigos de Cristo en nuestra vida.   



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