Thursday, July 26, 2012

7/29/2012 – decimoséptimo domingo del tiempo ordinario – Juan 6, 1-15


        Jesús y sus discípulos quieren ir a un lugar solitario para descansar. Pero, la muchedumbre quiere seguir.  La muchedumbre tiene hambre – hambre en muchos sentidos.  Jesús se da cuenta que hay hambre para comer, pero hay otros tipos de hambre también en nuestra vida.  Con su milagro de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús y sus discípulos pueden dar comida a la muchedumbre hambriento.  La gente coge toda la comida que quiere – y mucha comida de sobra.  En este milagro, la muchedumbre se da cuenta que Jesús es el profeta verdadero de Dios – él está presente con ellos. 
         Hay mucha gente que no tiene comida suficiente en nuestro mundo, que tiene hambre.  Hay un comedor de beneficencia aquí en Yazoo City que se llama “Casa de Mana” donde la gente puede ir para almorzar gratis.  Pero, hay otra hambre que existe en nuestro mundo también.  Ustedes conocen que fui a España como peregrino en el mes de abril de este año al Comino de Santiago de Compostela.  Encontré dos mujeres en el Camino – una ingeniera y una científica.  En su trabajo en los Estados Unidos, ganaron mucho dinero, y tenían mucho éxito.  Pero, había un vacío en sus vidas en su trabajo también – tenían hambre para algo en sus vidas.  Salieron sus puestos de trabajo, y fueron al Camino de Santiago para mirar la voluntad de Dios en sus vidas.  Tenían mucha esperanza para encontrar las respuestas que tenían en sus vidas, para encontrar la llamada de Dios sobre su trabajo.
         Hay personas en nuestro mundo que tienen hambre de justicia, hambre de dignidad humana, hambre de paz.  Hay hambre de paz cuando hay ira adentro, cuando no hay tranquilidad en nuestro alma, y hay hambre de paz en la violencia que existe en nuestras calles y en nuestros barrios.  Hay mucho niveles de hambre que podemos tener en nuestro mundo.  Hablé con los prisioneros en la cárcel esta semana sobre esta lectura de Juan.  Podemos imaginarnos el hambre que ellos tiene para regresar a su familias y a su vida al mundo libre.  Tenemos hambre de muchas cosas, pero para satisfacer esta hambre, vamos a muchos lugares malos, como en las drogas o el alcohol, en el placer, en las cosas materiales y las riquezas, en la posición social y la popularidad.  La muchedumbre en Israel antiguo estaba buscando una manera para satisfacer su hambre – y es igual con nosotros también.  Jesús vio la muchedumbre y tuvo compasión, porque ellos andaban como ovejas sin pastor.  Había algo en Jesús que la muchedumbre reconoció.  Hay mucha ovejas en nuestro mundo moderno también – ellos andan como ovejas sin pastor también.  ¿Cuál tipo de hambre tenemos en nuestra vida?  Vamos a Jesús para satisfacer nuestra hambre, para encontrar la paz y el cumplimiento que necesitamos en nuestra vida? 

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