Thursday, July 12, 2012

7/15/2012 - Décimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario – Marcos 6, 7-13


  “En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”
La Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

         Jesús envió a sus discípulos al mundo de dos en dos.  Ellos estaban predicando el reino de Dios al mundo.  Era un trabajo muy duro, pero no podían llevar muchas cosas con ellos.  Ellos podían llevar un bastón y sandalias, pero no podían llevar ni la comida, ni el dinero, ni otra túnica.  No podían llevar muchas cosas, entonces Jesús dijo que ellos no necesitaban llevar una mochila. 
Yo viajaba mucho como misionero en las selvas de Ecuador con los misioneros combonianos.  Viajaba a los pueblos chiquitos cada fin de semana por canoa para tres o cuatro horas. No pensaba que llevaba muchas cosa cuando viajaba a los pueblos, pero con el mensaje que Jesús nos da, en verdad, llevaba muchas cosas conmigo.  Vamos a ver que yo tenía cuando viajaba -–
1)    Una mochila grande.
2)    Unas botellas de agua.
3)    Una botella pequeña de yodo o cloro para tratar el agua.
4)    Una toalla, jabón, y un traje de baño para bañar. 
5)   Una Biblia en español.
6)   Ropa.
7)   Un saco de dormir.  
8)   Radio de onda corta. 
9)   Cepillo de dientes y pasta de dientes. 

Como explique, yo no pensaba que yo tenía muchas cosas conmigo en los viajes.  Y no pienso que Jesús quería el martirio para los discípulos o para tener dificultad para tener la comida.  Más bien, pienso que las instrucciones de Jesucristo nos enseña que necesitamos confiar en cuando estamos viajando como discípulos.  Si llevamos muchas cosas materiales con nosotros, podemos ser esclavos a nuestros posesiones.  Según nuestro Señor, necesitamos tener dependencia en Dios – es la razón de las instrucciones de Jesús en el Evangelio de hoy.  Cuando yo hice una descripción de las cosas en mi mochila, no tenía la comida. Podía llevar las latas de comida conmigo. Pero, para confiar en la generosidad de la gente donde yo trabajaba, me ayudaba para crecer en mis relaciones con ellos y para cruzar las fronteras de comodidad.  Con experiencias como eso, me sentía como misionero verdadero. 
     En nuestra vida de fe, necesitamos hacer sacrificios – tenemos esta llamada.  ¿Qué necesitamos hacer para tener dependencia en Dios para crecer y desarrollar en nuestra viaje de fe?  Son preguntas buenas que necesitamos preguntarnos en la luz del Evangelio de hoy.  

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