Dios, Señor y Padre de
misericordia y vida, tú nos ha dado el don de los padres y los abuelos a
nuestras familias.
Hoy, honramos a nuestros
padres y abuelos, y te damos gracias, Padre Celestial, por su presencia en
nuestra vida.
La preocupación de
nuestros padres para nuestras necesidades y nuestro bienestar es un espejo de
tu providencia.
Y así, como honramos hoy a
nuestros padres y abuelos, te alabamos, Padre de todas las naciones.
Bendice a nuestros padres
y abuelos con su fuerza y poder, que pueden seguir en su papel como lideres de
las familias y las comunidades.
Con su bendición, Señor, podemos
ayudar a nuestros padres y abuelos con nuestro respeto, nuestra obediencia y
nuestro cariño.
Bendice a nuestros padres,
Señor, con felicidad y buena salud, con paz y justicia. Esta bendición y todas
las gracias, te rogamos, descienden sobre nuestros padres y abuelos, en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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