Cuando recibimos las cenizas sobre nuestra frente
en la misa de hoy, escuchamos una de estas frases: “Recuerda que polvo eres y en polvo te
convertirás" o “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”. Estas frases significan que hoy comenzamos un
nuevo tiempo litúrgico: la Cuaresma. Es un tiempo especial de gracia en el que Dios
nos invita a vivir una conversión en nuestras vidas. Recibimos esta bendición en la misa y la
imposición de las cenizas.
En sus enseñanzas en el Evangelio de hoy sobre
las obras de piedad y la manera de orar, Jesús nos enseña sobre el reino de
Dios. ¿Qué es el Reino de Dios? Es dejar que la
voluntad de Dios se realice en la vida de cada uno de nosotros, viviendo como
Dios quiere que vivamos.
El Reino de Dios se nos manifiesta y se hace
presente en el mundo a través de Cristo. Porque Cristo, en cada momento, realiza la
voluntad de Dios.
El Reino de Dios es hacer en todo momento lo que
agrada a Dios y hacer siempre lo que Dios nos manda.
Lamentablemente, el pecado nos apartó de la
voluntad de Dios. El pecado nos lleva a hacer nuestra propia
voluntad dejando a un lado la voluntad de Dios. El pecado es lo que nos aleja del Reino de Dios. Este miércoles de cenizas, Jesús nos invita a
hacer presente en nuestra vida el Reino de Dios. El nos invita a abrir nuestros corazones a lo que
Dios quiere y espera de nosotros.
Esta piedra puede ser un símbolo para nosotros
esta Cuaresma. En abril del año pasado, fui a la peregrinación
de Santiago de Compostela en España – es la peregrinación del Apóstol Santiago. Caminaba para mas de 300 millas a la catedral en
Santiago de Compostela. Pueden preguntar: ¿Por qué camina muchas millas a
una catedral cuando puede ir en autobús o carro mas rápido? La idea de ir como peregrinos católicos es para
caminar con Dios en las experiencias de la peregrinación. Una parte de la peregrinación es para llevar una
piedra de su patria contigo, y para dejarla al fondo de la cruz de ferro sobre
la montaña mas alta en el Camino de Santiago. Esta piedra es muy pequeña, pero cuando la lleva
cada día, paso a paso, parece muy pesado en el viaje.
Esta piedra es un símbolo de las cosas que nos
guarda a parte de Dios. Nuestras
palabras y nuestras acciones pueden separarnos con Dios y con nuestros
hermanos. Puede pasar una vez, o crecer
en un habito o una adicción. Para mi, esta piedra es un símbolo muy útil de
las cosas que nos impiden en nuestra espiritualidad, las cosas que necesitamos
perder. Podemos reflexionar sobre esta piedra en nuestro
viaje de Cuaresma. En viernes santo, vamos a poner esta piedra a la
cruz de Jesús al fin de nuestro viaje – poniendo nuestro pecados, nuestros
sufrimientos, y nuestras cruces a la cruz de Jesús.
Tenemos el desafío de lleva nuestras cruces con
Jesucristo durante Cuaresma. Tenemos el desafío de arrepentirnos, de
convertir, de renovar nuestra fe. Podemos
respetar esta llamada que recibimos de Dios durante la Cuaresma.
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