“They
have no wine.” Those are the first words
that we hear come out of Mary’s mouth in John’s Gospel today. So
often, we see Mary noticing something that the others don’t. Mary’s
always displays a great openness to God’s will in her life and in the lives of
others. So,
it is Mary’s willingness to be open to God and to be attuned to God’s will,
that allows her to notice that they are out of wine at this joyful wedding
feast. Of
all the people at the wedding, Mary was the only one who knew about Jesus and
what he was capable of. At
this point, Jesus had not performed any miracle or healing, he hadn’t
proclaimed God’s kingdom yet to the people of Israel. So,
logically, when Mary discovers that they are out of wine, she turns to her son,
Jesus.
This is a blog of homilies, reflections, and photos from a Roman Catholic priest serving in the Diocese of Jackson in the state of Mississippi. Currently, I am the pastor of Holy Savior in Clinton and Immaculate Conception in Raymond. I also serve as Vicar General of the Diocese.
Thursday, January 14, 2016
1/17/2016 – 2nd Sunday in Ordinary Time – cycle C – John 2:1-11
Wednesday, January 13, 2016
17 de enero de 2016 – segundo domingo del tiempo ordinario – Ciclo C – Juan 2, 1-12
El domingo pasado, tuvimos la celebración del
bautismo de nuestro Señor y el fin del tiempo de Navidad. Ahora, estamos en el tiempo ordinario otra vez
antes de empezar la temporada de cuaresma en febrero. Hoy, en el segundo domingo del tiempo ordinario,
estamos con Jesús, sus discípulos, y su madre en el pueblo de Caná. Podemos imaginar que los novios son parientes o
amigos íntimos de Jesús y su familia. Tal vez, esta boda en Caná es la primera vez que
Jesús está con sus discípulos en un momento publico. Podemos imaginar que Jesús está muy nervioso y
ansioso porque todavía no empezó su ministerio publico y busca el momento
perfecto para empezarlo. Ustedes conocen, que es importante para tener una
celebración muy gozosa en la boda, pero al final de la fiesta en el Evangelio,
comenzó a faltar el vino. María, la madre de Jesucristo, se dio cuenta de
esta situación grave. Ella estaba pensando en Jesús, su hijo, y en su necesidad
de empezar con sus milagros y obras buenas para proclamar el reino de Dios y
para anunciar su ministerio al mundo. Podemos decir que María es una discípula, y sobre
todo, la primera discípula desde el momento que ella aceptó de Dios en su vida
sobre el nacimiento de Jesús. Con esta acción de Cristo la boda de Caná y con
el milagro del agua convertida en vino, él empieza públicamente su predicación del
reino de Dios y su proclamación como el Mesías. Con estas acciones de María, podemos mirar que
ella sabe que su hijo está listo para iniciar su ministerio. La madre tiene sus hijos en su corazón, ¿si?
Un santo muy amado en nuestra Iglesia Católica
del siglo XII, San Francisco de Asis, dijo, “Predica el evangelio siempre;
cuando fuera necesario, usa palabras.” Jesús lo hizo en su milagro en Caná como San
Francisco explicó en sus palabras y en sus acciones. En lugar de explicar el reino de Dios con
palabras, Jesús reveló la gloria del reino de Dios en el agua en las jarras convertida
en vino para servir a la gente en esta boda, el vino del mejor calidad.
Este milagro en Caná puede tener un mensaje para
nosotros en nuestro mundo moderno. Cuando vamos al sacramento del matrimonio en
nuestra Iglesia católica, los dos novios tienen un compromiso entre ellos
mismos y con Dios. Como católicos, miramos este compromiso
como un sacramento de nuestra fe. Como el compromiso en el sacramento de
matrimonio, nosotros tenemos la llamada de tener un compromiso gozoso con
Jesucristo cada día de nuestra vida. En nuestra sociedad, un compromiso es algo malo o
algo inoportuno – muchas personas quieren algo desechable o provisional, para
renegar las cosas permanentes cuando son inconvenientes. Nuestra elección para tener un compromiso de fe
permanente es algo radical en los ojos de nuestro mundo moderno. Tener un compromiso de fe es necesario y
obligatorio en nuestro discipulado. Solo con la gracia de Dios, podemos tener la lealtad y la fidelidad necesaria
para vivir en este compromiso con Él.
Como el aguo convertida en vino, somos
convertidos en nuestro camino de fe. Tenemos una conversión y una transformación para
ser seres sacramentales, para dar vida a nuestro mundo. Pero, necesitamos tener la voluntad para ser
convertidos, para tener confianza en Dios, y para tener un riesgo en nuestra
transformación. Necesitamos recordar que la Virgen María tenía confianza
en su hijo y en su capacidad de ayudar en la boda en Caná. Como este agua convertida en vino, nuestra vida
también es un don de Dios. Con este don, podemos vivir esta transformación
continuamente para ser el vino mejor en nuestro camino de fe.
Saturday, January 9, 2016
10 de enero de 2016 – el bautismo de nuestro Señor – Lucas 3, 15-16, 21-22
Hoy, terminamos la temporada de navidad con la
celebración del Bautismo del Señor. Todos sabemos que el sacramento del bautismo es
el sacramento de la iniciación a la Iglesia y la puerta de la entrada a nuestra
fe. Cuando yo estaba en el proceso de RICA antes de
convertirme al catolicismo, me recuerdo que conversamos sobre el significado del
bautismo de Jesús. Juan el
Bautista llamaba al pueblo de Israel para tener el bautismo y para arrepentirse
de sus pecados y para prepararse para la venida del Mesías. Sin embargo, Jesús mismo era el Salvador cuyo
camino Juan el Bautista preparaba. Jesús, en efecto, no tenía pecados que
necesitaban el arrepentimiento. Sin embargo, Jesús vino a las aguas del río
Jordán para ser bautizado. El bautismo de Jesús muestra su solidaridad con
la humanidad pecadora. Jesús revelaba a sí mismo como parte de la unidad
de la Santísima Trinidad, como la voz del Padre vino de los cielos para
proclamar a Jesús como su hijo, como el Espíritu Santo descendía como una paloma
para bendecir su bautismo y su ministerio. Como celebramos la Buena Nueva que Jesús se
anunció al mundo en la visita de los Reyes Magos a Jesús y la Sagrada Familia y
celebramos las gracias que recibimos de Dios a través de Jesús y por las aguas
de nuestro bautismo, seguimos aprendiendo los milagros de navidad que
celebramos el 25 de diciembre.
Jesucristo, Dios hecho carne, nacido en nuestro mundo
en el pesebre de Belén, es la puerta donde podemos entrar en la vida de fe. Tenemos estas nuevas puertas en nuestra iglesia
aquí en Tupelo este año. Estas puertas hace una diferencia en el ambiente
de nuestra misa. El Papa Benedicto XVI escribió la carta
apostólica “Porta Fidei” - la puerta de la fe. El Papa explicó que la puerta de la fe está
siempre abierta para nosotros, marcando el comienzo de la vida que tenemos con
Dios y que nos ofrece la entrada en su Iglesia. Cruzamos el umbral de la puerta de la fe en que
la palabra de Dios es proclamada y cuando nuestros corazones nos permiten de
tener transformación en la gracia de Dios. Para entrar en la puerta de la fe, para recibir
la nueva vida en Cristo a través de las aguas del bautismo, entramos en un
camino que necesita durar toda la vida.
El Año de Misericordia comenzó con una puerta
abierta también. Hay una Puerta Sagrada en la Basílica de San
Pedro en Roma. Esta puerta estaba cerrada por un muro de ladrillos desde el
último Año de jubileo en el 2000.
Los trabajadores eliminado la pared de ladrillo por
ladrillo. Las puertas sólo se abren durante el año del
jubileo para que los peregrinos pueden entrar para ganar la indulgencia
plenaria en el jubileo. Tenemos una puerta sagrada de Jubileo en nuestra
catedral en Jackson que tiene un significado especial para los fieles de
nuestra diócesis de este año para que podamos ir en peregrinación. En el simbolismo de una puerta en nuestra vida,
simbolismo la eliminación de los obstáculos que tenemos en nuestra vida de fe. Durante este Año de Misericordia, oremos que los
obstáculos de debilidad personal, la tentación y el pecado serán eliminados de
manera que vamos a tener una santa unión con nuestro Señor.
Friday, January 8, 2016
1/10/2016 – The Baptism of the Lord – Luke 3:15-16, 21-22
Today, we bring our holy season of Christmas to a close with our celebration of
the Baptism of the Lord. We
all know about the Sacrament of Baptism, the primary sacrament of initiation
and the gateway into our Catholic faith. When
I was going through the RCIA process prior to becoming Catholic, I remember
pondering the significance of Jesus’ baptism. Since
John the Baptist was calling the people of Ancient Israel to be baptized and to
repent for their sins and to prepare for the coming of the Messiah. Yet,
Jesus himself was the promised one whose path John the Baptist prepared. Jesus, indeed, had no sins to repent
from. Nevertheless, Jesus comes to the waters of the Jordan River to be baptized. Jesus’ baptism shows his solidarity with sinful humanity. Jesus
reveals himself as part of the unity of the Holy Trinity, as the voice of the
Father comes from the heavens to proclaim Jesus as his son, as the Holy Spirit
descends as a dove to bless this event. As we
celebrated the Good News of Jesus being announced to the world in the visit of
the Magi to Jesus and the Holy Family, as we celebrate the graces we receive
from God through Jesus and through the waters of our baptism, we continue to
learn about what the Christmas miracle is all about.
Smash burger at the Neon Pig - Tupelo, Mississippi
The Smash burger at the Neon Pig in Tupelo is considered by some surveys the favorite burger in the state of Mississippi and even won a national context for the best burger in the nation. Even though it is just a couple of blocks from my residence, and even though I am a big fan of hamburgers, I had never been before. I had lunch there last week on December 31 before all my New Year's masses. It is definitely a great burger.
Gathering of pilgrims - Jackson, Mississippi - January 7, 2015
Last
night, I traveled to Jackson, Mississippi for a gathering of pilgrims who had
journeyed to the Camino of Santiago in Spain.
Some of us went together. Many of
us have gone multiple times. All of us
are very compassionate about the Camino and about our identity as
pilgrims. I journeyed in the spring of
2012 with Claudia, Hallie, Lyons, and Celia (who was not able to make it to our
gathering.) I later went back to Spain
in the winter of last year to walk the pilgrimage route, and I leave again on
January 17. I want to thank all these
wonderful people for their friendship and their enthusiasm and the way they
live out their faith in so many different ways.
Thank you, Claudia, for hosting us in your home last night. What a wonderful gathering it was.
Saturday, January 2, 2016
1/7/2016 – Thursday after Epiphany – Luke 4:14-22
Often we want to tame or domesticate the
Gospel message. When
Jesus makes one of his first public proclamations, he quotes from the prophet
Isaiah – he has come to bring glad tidings to the poor, to proclaim liberty to
captives, to recover the sight of the blind, and to let the oppressed go
free. The
Gospel readings during the daily masses during the Christmas season help us
understand why Jesus came into the world in that humble manger in Bethlehem. Perhaps the Gospel message we hear today makes even more sense to us in the
context of the works of mercy that we are called to do in the Year of Mercy. I
think we are all familiar with the seven corporal works of mercy, which include
feeding the hungry, giving drink to the thirsty, and visiting the sick and the
prisoner. However, there are also seven spiritual works of mercy that are perhaps a bit
more unfamiliar to us. Connected
to what Jesus proclaims from the prophet Isaiah, we are told to comfort the
afflicted, counsel the doubtful, bear wrongs patiently, and forgive offenses
willingly. Taking these spiritual works of mercy at face value, they seem to not only challenging
but almost impossible. How
can we let the oppressed go free? How
can we bear wrongs patiently in a society that preaches saving face and getting
revenge? Perhaps we are to help those who are oppressed find self-worth and dignity and
respect, to help them help themselves. Perhaps being patient in an impatient world is one of the greatest witnesses of
all, especially if our patience is an outgrowth of our faith. I am really excited about the Year of Mercy,
of all the challenges and lessons we will hopefully discover this year. May
we not try to water down the Gospel message.
May we try to meets its challenges.
Subscribe to:
Posts (Atom)