Monday, August 26, 2013

9/1/2013 – Domingo vigésimo segundo del Tiempo Ordinario – Lucas 14:1, 7-14

      El Evangelio de hoy habla sobre la humildad que necesitamos tener en nuestro viaje de fe como discípulos de Jesucristo.  La palabra "humano" viene de la misma raíz que la palabra "humilde". Las dos palabras proceden del latín "hûmus" que significa "suelo” o “tierra".  Cuando Dios nos creó, no nos hizo desde el cielo – el nos hizo de la tierra.  De la tierra viene nuestra humanidad & nuestra humildad.  Para nosotros como cristianos, la humildad es una característica que siempre tiene que estar presente cada día en nuestra vida de fe.
     ¿Como podemos ser humilde en el sentido de nuestro Evangelio de hoy?  Ser humilde no es tener un carácter débil o cobarde o flojo.  Ser humilde es reconocernos ante Dios y ante nuestros hermanos como somos, sin apariencias, sin imagen falsa.  Sabemos que el orgullo y la ambición pueden llevarnos a un nivel falso, pero, para ser humildes verdaderos, podemos ser más amados por los demás.  En nuestro mundo moderno, muchas personas quieren ser humildes, pero no pueden porque están muy centrados en ellos mismos, porque quieren dar una imagen a los demás que no es verdadera.
     Nuestra pobreza tiene una base en nuestra humildad.  No estamos refiriendo a la pobreza sociológica o económica, pero una pobreza de nuestro espíritu a la que todos estamos llamados.  Los pobres del espíritu no son los frágiles. Ellos dependen de Jesús, ellos respetan a Dios y a su prójimo.  Los pobres del espíritu - los humildes - ellos no buscan el reconocimiento por parte de los demás.  Ellos tienen tiempo para dedicarles a crecer por dentro.
     Necesitamos tener la humildad como la virtud principal de nuestra vida para viajar en el camino de fe.  El ayuno, la oración, la limosna, las obras de caridad, y cualquier otro bien que podamos realizar. Sin humildad no sirven para nada.  Sin una conexión en nuestra fe, pierden su riqueza.  Podemos reflexionar – ¿como podemos vivir la virtud de humildad en nuestra vida de fe?

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