Saturday, August 3, 2013

8/2/2013 – viernes de la decimoséptima semana del tiempo ordinario – mateo 13,54-58

      A veces, las expectativas que tenemos en nuestra vida pueden construir las barreras para nosotros.  La gente en el pueblo natal de Jesucristo tenía muchas expectativas para él, porque él es el hijo de José y María, es un miembro de su comunidad desde su niñez.  No tenía la expectativa de él de enseñar en la sinagoga con autoridad y sabiduría. 
     A veces, tenemos expectativas de nosotros mismos que necesitamos vencer.  A veces, no tenemos la expectativa de abrir otras puertas o hacer los sacrificios para obedecer los mandamientos de Dios. Tal vez, no pensemos es necesario para hacerlo, o hay la tentación de los valores y bienes del mundo secular. 
     Muchos personas en Israel no aceptaron a Jesucristo y su enseñanzas.  El sufrió con un muerte muy humillante, la muerte mas horrible en esta época y esta cultura.  Nosotros también tenemos la elección para aceptar o rechazar el mensaje de Cristo. Pero, no somos solitos.  Tenemos otras personas en nuestra vida – ellos nos ayudan en nuestro viaje para darnos animo y para guiarnos en los valores en la fe.  Tenemos los ejemplos de fe en los miembros de la comunidad de santos – como la Bendita Virgen María y Santiago el Apóstol. Ellos nos ayudan con sus oraciones y sus intercesiones. Tenemos los otros para ayudarnos, pero finalmente la elección es para nosotros. 

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