Tuesday, November 27, 2012

12/2/2012 – Homilia del primer domingo del adviento – ciclo C – Lucas 21: 21, 25-28. 34-36


     Según nuestro Señor en el Evangelio de hoy, el fin de los tiempos viene.  Entonces, necesitamos estar despiertos y vigilantes y necesitamos orar, porque no sabemos cuando llegará el momento importante en nuestra vida, cuando llegará Jesucristo otra vez. En la misa de hoy, empezamos el Adviento, un tiempo de preparación, un tiempo de espera. En Adviento, esperamos cuatro semanas antes del nacimiento de Jesús en nuestro mundo. 
     El Adviento es una vigilancia constante y responsable para nosotros, los creyentes de Jesucristo.  Como seres humanos, esperamos muchas cosas en nuestra vida, como el momento cuando podemos empezar la escuela, cuando podemos salir de la casa de nuestros padres, cuando podemos trabajar, y podemos manejar un carro. Pero, la espera que tememos en nuestra vida de fe como católicos es muy distinta.  Tenemos una espera en el presente, es verdad, pero esta espera mueve al futuro cuando llega el nacimiento de Jesús, y cuando llegará Jesús otra vez en el futuro también.  Tenemos que esperar como nuestra vocación católica, como nuestra llamada de fe.  Muchos de nosotros queremos esperar según nuestra propia voluntad, según las expectativas que tenemos, según nuestros deseos y nuestros antojos.  Pero, al contrario – como católicos, como seguidores de Cristo, necesitamos esperar en Adviento según el ritmo de Dios en nuestro mundo. En esta espera, necesitamos tener confianza en Dios.  Necesitamos tener confianza en nuestra fe.
      En esta espera que tenemos en Jesús en Adviento, tenemos un encuentro con El – un encuentro vivo.  En verdad - tenemos una relación muy especial con El.  Sabemos que el niño Jesús llega en nuestro mundo y en nuestra vida en el 25 de diciembre.  Pero, el Señor no nos dice cuando El viene otra vez.  No sabemos la fecha, no sabemos la hora.   Hay personas que dicen que ellos pueden calcular esta fecha concreta.  Pero, la palabra de Dios nos dice que nadie puede saber la fecha en este respecto.  Por esta razón, debemos mantenernos alertos. Debemos estar vigilantes y despiertos para descubrir la invitación de conversión que Dios tiene para nosotros. 
      En el Adviento este año, Dios nos invita para caminar con El.  Para orar continuamente.  Para estar alertos y atentos.  Para esperar con todos nuestros corazones. 

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