Thursday, October 18, 2012

10/21/2012 – Vigésimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario - Jornada Mundial de las Misiones – Mateo 10, 35-45


        Santiago y Juan son los hijos de Zebedeo y son dos apóstoles de Jesús.  Jesús les llama “los hijos del trueno” porque ellos tienen mucho fervor y tienen personalidades fieras. Santiago y Juan tienen una petición audaz – quieren un puesto de honor al lado de Jesús.  Jesús explica – ellos deben tener la voluntad de pasar la prueba que Jesús pasa y recibe el bautismo con que Jesús recibe.  La meta de nuestra fe no es un puesto de honor como los hermanos piden, pero la voluntad para servir y para llevar nuestra cruz. Santiago no tenia el conocimiento que él morirá por la fe, el será el primer mártir en el grupo de apóstoles. 
      Hoy, el penúltimo domingo en octubre, celebramos la Jornada Mundial de las Misiones.  Es un reflejo de la identidad misionera en nuestra Iglesia Católica, para predicar el Bueno Nuevo de Jesucristo al mundo. Hoy día, el 21 de octubre, el Papa Benedicto va a canonizar siete santos en nuestra Iglesia. Una santa es Kateri Tekakwitha, la primera santa indígena de los Estados Unidos de nuestra Iglesia. Ella se llama “El Lirio de los Mohawks.”  Recibio su bautismo cuando tenía 20 años  por la parte de los misioneros jesuitas de Francia. 
      El tema de la Jornada Mundial de las Misiones es “Llamados a hacer resplandecer la Palabra de verdad”.   Kateri Tekakwitha es un ejemplo para nosotros en su manera de vivir su fe con gozo.  Y nosotros también tenemos esta llamada para compartir el Evangelio de Cristo en una proclamación gozosa, para llevar la esperanza al mundo por el gozo del centro de nuestra experiencia cristiana.  No necesitamos viajar al lugar lejos para ser misioneros en la fe.  En nuestra llamada bautismal, necesitamos resplandecer este gozo misionero en la realidad de nuestro mundo, para ser testigos del Evangelio en nuestras oraciones y en nuestras proclamaciones.  Necesitamos recordar el ejemplo de la patrona de las misiones – Santa Teresa de Lisieux.  Se murió muy joven, y vivía como una monja carmelita en un convento. Pero, ella es la patrona de las misiones y de los misioneros, aunque ella no viajaba a un país lejano para ser misionera.  La semana pasada, leí en el INTERNET una pregunta de un joven sobre la elección de Santa Teresa de Lisieux como la patrona de los misioneros, cuando hay muchos misioneros en nuestra Iglesia para esta distinción. Tal vez, esta distinción es para mostrar al mundo la llamada de todos los cristianos tienen – para tener un corazón misionero. Teresa tenía el sueño para ir a las misiones, pero su salud era muy débil, y no podía hacerlo.  Santa Teresa aceptó esta llamada misionera, y hizo mucho apoyo a los misioneros con sus oraciones y sus sacrificios. Teresa tenía un espíritu gozoso en su servicio misionera.  El Papa Benedicto explicó que necesitamos tener este espíritu de gozo en nuestro testigo al mundo.  Este gozo es importante en medio de la ansiedad, la pena, y la violencia que tienen una presencia fuerte en nuestro mundo.  Como miembros de la Iglesia, tenemos la llamada de llevar este gozo auténtico y duradero al mundo, lo mismo gozo que llevaron los pastores y los ángeles la noche del nacimiento de Jesucristo. 
      Hay mucho placer y mucha alegría en los momentos de nuestra vida aquí en la tierra – y este placer y esta alegría son importantes para nostros. Pero, son sombras en comparación al gozo que tenemos en nuestra fe. San Pablo, en su carta a los filipenses, explicó que necesitamos tener gozo en nuestra fe.  Pablo podía escribir sobre este gozo en nuestro Señor cuando estaba en la cárcel como prisionero.  Entonces, este gozo debe tener una profundidad mas grande que los placeres y la alegría del mundo.  Yo trato de transmitir este sentido de gozo como sacerdote – y todos de nosotros tenemos la llamada de transmitir este gozo de nuestra fe cada día a los demás. 
     En nuestra celebración del Año de Fe, queremos tener un amor y un conocimiento mas profundo en nuestra fe. Hoy, celebramos nuestra llamada de ser misioneros en nuestra vida.  Celebramos los misioneros en nuestro mundo.  Y, ojala, podemos ser misioneros en nuestras aldeas, nuestra ciudades, y en nuestras comunidades.  

1 comment:

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