Tuesday, June 19, 2012

6/24/2012 – homilia de la Natividad de Juan Bautista – Lucas 1,57-66, 80


        Hoy es el 24 de junio, el día de la natividad de Juan Bautista.  Desde las noticias que su madre Isabel y su padre Zacarías recibieron, desde la visita de María a su prima Isabel cuando ellas estaban embarazadas, estaba anunciado al mundo que Juan tendría un papel muy especial en la historia de salvación.  Zacarías estaba mudo por el poder de Dios cuando tenía dudas sobre la voluntad de Dios en la vida de su familia.  Dios restauró la voz de Zacarías cuando él puso el nombre de Juan a su hijo según la voluntad de Dios.  Los amigos y los vecinos de Isabel y Zacarías no pueden creer en la realidad del nacimiento de Juan – ellos reconocen que es algo muy especial.  Juan tenía una personalidad muy travieso y muy fogoso, pero él puso su energía en servicio a Dios, para ser profeta para Dios y para preparar el camino de Jesús. 
         Nosotros, los sacerdotes, tenemos el mandato de los obispos este fin de semana para predicar la palabra de Dios sobre la importancia de la libertad religiosa que tenemos en nuestro país en el contexto de la solemnidad de la natividad de Juan Bautista.  Juan trabajaba en el servicio de Dios como su profeta, para preparar el camino de Jesús en la mitad del poder del reino romano. Herodes tenían miedo de Juan Bautista y de su mensaje – Juan fue a la cárcel y a su muerte por la consecuencia de su predicación de su llamada de Dios.  Herodes no quería escuchar a la verdad religiosa en las palabras de Juan Bautista.  Hoy, en nuestro país, tenemos desafíos sobre nuestra libertad religiosa.  La fortaleza, la diligencia, y la honradez de Juan Bautista son ejemplos muy buenos para nosotros con nuestros desafíos. 
         Los obispos dicen: “Los católicos y muchos otros grupos estadounidenses han criticado fuertemente el reciente mandato del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, sigla en inglés) que
requiere que casi todos los planes privados de seguros médicos cubran los anticonceptivos, la esterilización y las drogas abortivas. Por primera vez en nuestra historia, el gobierno federal obligará a las instituciones religiosas a facilitar y pagar por algo que es contrario a sus enseñanzas morales, pretendiendo definir cuáles instituciones religiosas son ‘suficientemente religiosas’ como para ameritar una exención. La cuestión es que si las personas e instituciones religiosas deben ser forzadas por el gobierno a proveer tal cobertura aun cuando estas prácticas violen su conciencia.”
         Hoy, en la celebración de la natividad de Juan Bautista, reconocemos que nuestra libertad religiosa no es nuestra invención, no es algo que el gobierno puede darnos o quitar como su capricho.  La libertad religiosa es un don de Dios, un gracia de Dios.  Nuestra país tiene la libertad religiosa como nuestra fundación – es una insistencia de nosotros como católicos y como norte americanos.  Como la insistencia de Juan Bautista en Israel, afirmamos nuestro derechos como creyentes y seguidores de Jesucristo.  

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