Friday, July 29, 2011

Homilia – 31 de Julio de 2011 – Décimo octavo domingo del Tiempo Ordinario – Mateo 14, 13-21 –




El cuento en el Evangelio de hoy es mas de un milagro que Jesús hizo en la multiplicación de los panes y los peces.  La muchedumbre estaba buscando algo. La muchedumbre tenía hambre, y ella estaba buscando algo para llenar esta  hambre.   Pero, ellos estaban buscando un Salvador, un Mesías, un centro de su espiritualidad.  Nostoros, los hombres de nuestro mundo moderno, buscamos algo  tambien.  Buscamos algo para satisfacher la hambre en nuestro espiritu, la hambre en nuestro corazón.
 Hoy, como un don de Dios, tenemos el milagro de la Eucaristia, el milagro de su cuerpo y su sangre.  Hoy en la misa recibimos a Cristo como alimento de nuestra vida nueva.  Estamos unidos en la Iglesia, en la Eucaristia.  Estamos unidos como el Cuerpo de Cristo en el mundo, el Cuerpo de Cristo para continuar sus obras aqui.  Los discípulos han mirado la muchedumbre y ellos tenían miedo – ellos querían dispersar la muchedumbre porque ella tenía hambre.  Jesucristo no quería dispersar la muchedumbre.  Al contrario, Jesus quería unir. ¿Y nosotros?  ¿Qué vamos a hacer? 

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