Escuchamos una meditación muy larga de la palabra de Dios en la Pasión de Jesucristo esta tarde. Para escuchar la proclamación de la Pasión de nuestro Señor del Evangelio de San Mateo, es importante para imaginar nuestra presencia en este lugar con Jesucristo y con la muchedumbre, en las calles y los barrios de Jerusalén. Como seguidores de Jesucristo, somos participantes y espectadores como los demás.
En la narración de nuestro Evangelio, muchas personas han tomado muchas decisiones en sus vidas de fe – muchas decisiones para muchos razones. Jesús tomó la decisión para seguir su camino a la cruz, para seguir la voluntad de Dios, para reconocer su identidad como el Hijo de Dios. Jesús conocía que era un camino peligroso, un camino de mucho dolor. Pero, nuestro Señor tomó su decisión en el amor y la compasión que tenía para nosotros, para todo el mundo.
Afuera de Jesús, había otras personas en las calles de Jerusalén este día. Ellos hicieron decisiones sobre su fe y su destino. Judas tomó una decisión para ser traidor a su Maestro. Judas podía tener muchas razones para justificar su decisión, pero había un elección humana por su parte. Y Pedro, la piedra, decidió negar al Señor tres veces, decisiones humanas también. Poncio Pilato tuvo una decisión, y en esta decisión, Pilato firmó la sentencia de muerte de Jesucristo.
Nosotros tenemos decisiones y elecciones humanas cada día en nuestro camino de fe – decisiones y elecciones grandes y pequeñas. Podemos seguir los valores de nuestra fe católica. Podemos seguir el camino de la cruz con Jesús, el camino de salvación. O podemos negar el amor de Jesucristo en nuestra vida, podemos destruir la confianza que nuestros hermanos en Cristo tenemos en nosotros. Podemos tener solidaridad con Cristo y su cruz, o podemos vivir afuera de su camino. Es nuestra decisión. Hoy, entramos en la Semana Santa. Es una experiencia muy profunda en nuestra vida de fe. Vamos a aceptar esta invitación para acompañar a Nuestro Señor en su camino a la cruz. Y con nuestro camino esta Semana Santa, podemos tener gozo con nuestro Señor en la resurrección de Pascua.
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