Friday, December 31, 2021

2 de enero de 2022 - homilía de la celebración de los tres reyes magos - Mateo 2:1-12

      En el libro de Génesis, nos encontramos con Abraham, quien se convertirá en el patriarca del pueblo judío, con quien Dios hizo su convenio. Pero, en el capítulo 15 del Génesis, Abraham y su esposa Sara no tienen hijos. Su futuro parezca incierto. Abraham se lamenta ante Dios de que no dejarán herederos. Sin embargo, Dios le pide a Abraham que salga y le dice: Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes. Así será, agregó, sus descendientes. Esto da comienzo al convenio entre Dios y su pueblo de Israel. En una misa diaria durante la última semana de Adviento, escuchamos el primer capítulo del Evangelio de San Mateo, que da la genealogía de Jesús a muchas generaciones desde Abraham. Entonces, es apropiado que tanto Jesús como Abraham estén conectados a las estrellas en los cielos, como escuchamos de los reyes magos del Oriente en el Evangelio este domingo. Los reyes magos miraban una estrella en su búsqueda para encontrar al niño después de su nacimiento.


Es interesante que solo San Mateo, el evangelista que escribió más directamente para los judíos, él que comenzó su evangelio con la genealogía judía de Jesús que comenzó con Abraham, es el único de los cuatro evangelistas que nos habla sobre los tres reyes magos. Los sacerdotes y los lideres de los  judíos no buscaban al niño Jesucristo, pero los reyes magos que no tenían conciencia de la fe judía y de las promesas que Dios le hizo a Abraham, ellos buscaban al niño. Por lo tanto, San Mateo explica en el relato de los tres reyes magos que los  judíos son un "pueblo elegido" para que ellos se conviertan, como dijo Isaías, en una luz para las naciones. La centralidad de Israel en el plan divino tenía que ver con su vocación de dar a conocer a Dios al mundo entero. Dios estaba haciendo esto en el nacimiento de Cristo y con la visita de los Magos que reconocieron la importancia del nacimiento de nuestro salvador. 


El título de la fiesta de hoy, la Epifanía, muestra que el nacimiento de Jesucristo es la revelación de Dios a la humanidad. La trágica ironía del esto relato en el Evangelio es que los magos viajaron lejos de casa porque creían que Dios estaba haciendo algo nuevo. Sin embargo, al mismo tiempo, los líderes del pueblo elegido de Dios leyeron sus Sagradas Escrituras y trataron de interpretar los signos de los tiempos, pero ya no esperaban que Dios les revelara nada nuevo. Los Magos despertaron en su imaginación y su apertura al mensaje de Dios, sacándolos de su existencia cotidiana para experimentar un don de Dios que era nuevo y maravilloso - el nacimiento del salvador. En su verdad y en las creencias, los Magos pueden no haber tenido las promesas de Abraham o el sentido del Dios de Israel, pero sí creían que la vida podía ser más de lo que ya sabían. Creían en el Dios de revelación sin saber adónde los llevaría su camino.


     En esta celebración, el Papa Francisco llamó a los fieles a ser como los reyes magos, a seguir mirando hacia el cielo, a tomar riesgos y a proponerse llevar regalos para el niño Jesucristo. El Papa Francisco afirmó que tenemos que superar nuestro miedo a los riesgos, nuestra autosatisfacción y nuestra perspectiva negativa a pedir más a la vida, Necesitamos salir de lo ordinario y fuera de nuestra zona de confort para encontrarnos con el niño Jesús. El Papa Francisco declaró que no podemos simplemente mirar al suelo, a lo que está justo ahí ante nosotros. Necesitamos mirar al cielo, soñar y anhelar a Dios, anticipando la novedad que él trae. Los reyes magos no estaban contentos para vivir sin transformación.   Desafortunadamente, hay algunos que levantan los ojos hacia los cielos y optan por no seguir a Jesús, que optan por no seguir la estrella de Belén, porque no están abiertos a las sorpresas que Dios podría traer. El Papa Francisco afirmó que Jesús no abruma y deslumbra, sino que invita gentilmente. Necesitamos estar conscientes de aquellas cosas que nos deslumbrarán en la vida, pero que nos engañarán en lugar de guiarnos sabiamente en nuestra fe y en el camino que Dios quiere para nosotros en la vida.


Había muchos desafíos durante la pandemia en maneras diferentes. Con nuestra imaginación y nuestra creatividad, buscábamos a Jesucristo en nuestras vidas y nuestro  camino de fe como individuos, como  parroquia y como comunidad de fe. En verdad, no podemos practicar nuestra fe exactamente de la misma manera que antes. Podríamos sentirnos frustrados por las mascarillas y todos los protocolos de seguridad.  Necesitamos ser pacientes unos con otros y con las perspectivas diversas que tenemos. Debemos ser pacientes y comprender que la Iglesia, al igual que las empresas, las escuelas, y las familias, está haciendo lo mejor que puede en este momento para tomar decisiones y seguir en la fe. Todo lo que estamos haciendo en este momento requiere mucho trabajo.  Lamentablemente, muchos de nosotros estamos en el  límite que podemos hacer.  


Como los reyes magos, a veces en nuestro camino de fe, es posible que no sepamos exactamente lo que estamos buscando, es posible que no sepamos exactamente a dónde nos está guiando Dios. Sin embargo, si ponemos nuestra mirada lo suficientemente alta, Dios no dudará en llevarnos a las nuevas epifanías y las nuevas revelaciones donde encontraremos a Dios entre nosotros de maneras inesperadas y profundas.


prayers of the faithful - 31 December 2021 - seventh day in the octave of Christmas

 Lord Jesus - you are the word of God made flesh. 

Christ Jesus - you are the prince of peace. 

Lord Jesus - you are the son of Mary. 

As we celebrate the joyful Christmas season and the end of the year of 2021, we bring our prayers to our heavenly Father:

For the Church and our Church leaders, may we work together for peace and healing in our communities and an end to violence and anger. 

For the leaders of the nations, may they work together in unity to make the world a safer place. 

For all who are traveling for the holiday season, for safe travels, and for joyful new year celebrations for our families today and tomorrow.  

For those who struggle to find food, clothing, shelter, and employment, that their basic needs may be fulfill.  

For all who need healing in their lives body, mind and spirit.  

For the prayers we hold in the silence of our hearts.  

We present our present in joy and hope through your son Jesus Christ, our Lord forever and ever.  AMEN.  

prayers of the faithful - Mary Mother of God - 1 January 2022

Lord Jesus - you are the son of Mary. 

Christ Jesus - you are the Lord of time and eternity. 

Lord Jesus - your spirit is within  our hearts. 


Prayers of the faithful:

As God's love accompanies us in our celebration of Mary today, in our prayers today, let us present our needs, the needs of the Church, and the needs of the world. 

1. For the Church, that we may invoke God's blessing for those most in need.  

2. As the Pope calls us to pray for peace as we start the new year, may we all find a way to reject hate, division, and resentment in our lives and in our communities and work toward reconciliation and healing.  

3. For our families, our children, and our youth, for hope and joy in our lives and for Mary's guidance and help to accompany us on our journey of faith. 

4. For good health for us in body, mind and spirit; for all in the hospital, hospice, and nursing homes.  

5. For our first responders, for our medical professionals, and for the men and women in the military, in gratitude for their service.  

6. For the prayers we hold in our hearts today.  

We present our prayers united with the prayers of Mary and through your son Jesus Christ, our Lord forever and ever.  AMEN.

Thursday, December 30, 2021

prayers of the faithful - sixth day of the octave of Christmas - 30 December 2021

 Lord Jesus - you are a light for the nations.  

Christ Jesus - you are our savior and our redeemer. 

Lord Jesus - you bring us hope and truth. 

Prayers of the faithful:  

As we journey during the holy octave of Christmas today, we bring our prayers to our loving Father. 

1. For our Bishops and Church leaders, may they lead us to the truth of the Gospel message and help us to evangelize the world.  May continue to pray for Bishop Kopacz who is visiting his family in Pennsylvania.  

2. For all parents and families, may they help their children grow in wisdom and in the values of the faith. 

3. For those traveling during the Christmas holidays, for safety for them.  And for families and friends gathering during the holidays, may they stay safe during the pandemic.  

4. For the sick and sick-in, for those needing healing in their lives body, mind, and spirit.  For those struggling with mental health and addictions. 

5. For the men in the women in the military, for first responders, for medical professionals, for all who are working and who are away from their families during the holidays.  

6. For the prayers we hold in our hearts this morning.  

In Christmas hope and joy, we present these prayers through your son Jesus Christ, our Lord forever and ever.  AMEN.  

Wednesday, December 29, 2021

7 January 2022 - homily for Friday after Epiphany – Luke 5:12-16

      We welcome everyone to our Mass today, which takes place on the first Friday of each month.  Here at St Jude, we follow the wonderful tradition of our Catholic faith of offering our first Friday Mass to the Sacred Heart of Jesus.  In our Gospel today, we hear of Jesus having compassion for the leper who comes to him for healing in his life.  This leper has faith in Jesus.  He believes that Jesus can indeed heal him if he desires to do so.

        We also are called to reach out to those around us who need healing and compassion.  We might not even realize who is hurting around us.  One of my favorite Spanish writers is Gabriela Mistral from the country of Chile.  The anniversary of her death is in a couple of day on January 10. She died back in 1957.  I studied her poetry when I studied in the country of Chile in the summer of 2002 when I taught in Greenville as a Spanish teacher.  I thought of her in today’s Gospel, because of her great compassion, empathy, and warmth.  Gabriela Mistral was the first author from Latin America and only woman from Latin America to receive the Nobel Prize in Literature, which she was awarded in 1945.  She started her career as a teacher and educator, where she displayed a great love for the poor children she would encounter.  She also was a very devout Catholic, especially devoted to Franciscan spirituality.  She was a Third Order Franciscan and was buried in her third order habit.  Like St Francis of Assisi, her personal spirituality was marked by a mystical search for union with divine and all of God’s creation.  I want to close with a very lovely poem that Gabriela Mistral wrote entitled “Little Feet.”  I used to have my high school students memorize it as part of our study of Spanish poetry when I taught at Greenville High School up in the Mississippi Delta from 2000 to 2004.
Little Feet
Little feet of children
blue with cold,
how can they see you and not cover you
dear God!.
Little wounded feet
cut by every stone,
hurt by snow
and mire.
Man, blind, does not know
that where you pass,
you leave a flower
of living light.
And where you set
your little bleeding foot,
the spikenard blooms
more fragrant.
Walking straight paths,
be heroic, little feet,
as you are
perfect.
Little feet of children,
two tiny suffering jewels,
how can people pass
and not see you!
And here is the poem in its original Spanish:
Piececitos
Piececitos de niño,
azulosos de frío,
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío!
¡Piececitos heridos
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!
El hombre ciego ignora
que por donde pasáis,
una flor de luz viva
dejáis;
que allí donde ponéis
la plantita sangrante,
el nardo nace más
fragante.
Sed, puesto que marcháis
por los caminos rectos,
heroicos como sois
perfectos.
Piececitos de niño,
dos joyitas sufrientes,
¡cómo pasan sin veroslas gentes!

6 January 2022 – Thursday after Epiphany – Luke 4:14-22

      It is hard being a prophet in your own land.  It is hard talking about matters of faith with family or friends or neighbors.  It is hard living out our vocation or calling if it defies the expectations that people have for us. As we continue our journey during the holy season of Christmas, we hear about Jesus' starting his ministry in his hometown with the people who know him so well.  When Jesus came to the synagogue in Nazareth and read from the prophet Isaiah, I am sure a lot of people were shocked and amazed.  It was a radical message he read – of bringing glad tidings to the poor, of setting the oppressed free, of giving sight to the blind, of giving liberty to the captives.  Often, we do the opposite of this message that Jesus and the prophets bring. We want the captives to remain behind bars.  We want revenge on those who brings us harm.  We blame the poor for their predicament and tell them to pull themselves out of their poverty.  We domesticate and water down the message we hear in the Gospels so many times.  In hearing Jesus read from the prophet Isaiah with this message of social justice, I think of the Magnificat that Mary declared in response to her visit to her cousin Elizabeth, which contains a similar message of social justice.  I would like to close my homily today with this prayer for social justice.  Let us pray: 

        Lord Jesus, Carpenter and King, supreme Sovereign of all humanity, look with tender mercy upon the multitudes of our day who bear the indignities of injustice everywhere. Raise up leaders in every land dedicated to your standards of order, equity, and justice. Grant unto us, O Lord, the grace to be worthy members of your mystical body here on earth, as we hear the call to labor unceasingly to fulfill our vocation in the social apostolate of your Church. Sharpen our intellects to pierce the chains of prejudice, to perceive the beauty of our human family. Guide our minds to a meaningful understanding of the problems of the poor, the oppressed, the unemployed, of all in need of assistance anywhere. Guide our hearts against the lure of earthly things and undue regard for those who possess them. May we hunger and thirst after justice always. Amen.