En el libro de Génesis, nos encontramos con Abraham, quien se convertirá en el patriarca del pueblo judío, con quien Dios hizo su convenio. Pero, en el capítulo 15 del Génesis, Abraham y su esposa Sara no tienen hijos. Su futuro parezca incierto. Abraham se lamenta ante Dios de que no dejarán herederos. Sin embargo, Dios le pide a Abraham que salga y le dice: Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes. Así será, agregó, sus descendientes. Esto da comienzo al convenio entre Dios y su pueblo de Israel. En una misa diaria durante la última semana de Adviento, escuchamos el primer capítulo del Evangelio de San Mateo, que da la genealogía de Jesús a muchas generaciones desde Abraham. Entonces, es apropiado que tanto Jesús como Abraham estén conectados a las estrellas en los cielos, como escuchamos de los reyes magos del Oriente en el Evangelio este domingo. Los reyes magos miraban una estrella en su búsqueda para encontrar al niño después de su nacimiento.
Es interesante que solo San Mateo, el evangelista que escribió más directamente para los judíos, él que comenzó su evangelio con la genealogía judía de Jesús que comenzó con Abraham, es el único de los cuatro evangelistas que nos habla sobre los tres reyes magos. Los sacerdotes y los lideres de los judíos no buscaban al niño Jesucristo, pero los reyes magos que no tenían conciencia de la fe judía y de las promesas que Dios le hizo a Abraham, ellos buscaban al niño. Por lo tanto, San Mateo explica en el relato de los tres reyes magos que los judíos son un "pueblo elegido" para que ellos se conviertan, como dijo Isaías, en una luz para las naciones. La centralidad de Israel en el plan divino tenía que ver con su vocación de dar a conocer a Dios al mundo entero. Dios estaba haciendo esto en el nacimiento de Cristo y con la visita de los Magos que reconocieron la importancia del nacimiento de nuestro salvador.
El título de la fiesta de hoy, la Epifanía, muestra que el nacimiento de Jesucristo es la revelación de Dios a la humanidad. La trágica ironía del esto relato en el Evangelio es que los magos viajaron lejos de casa porque creían que Dios estaba haciendo algo nuevo. Sin embargo, al mismo tiempo, los líderes del pueblo elegido de Dios leyeron sus Sagradas Escrituras y trataron de interpretar los signos de los tiempos, pero ya no esperaban que Dios les revelara nada nuevo. Los Magos despertaron en su imaginación y su apertura al mensaje de Dios, sacándolos de su existencia cotidiana para experimentar un don de Dios que era nuevo y maravilloso - el nacimiento del salvador. En su verdad y en las creencias, los Magos pueden no haber tenido las promesas de Abraham o el sentido del Dios de Israel, pero sí creían que la vida podía ser más de lo que ya sabían. Creían en el Dios de revelación sin saber adónde los llevaría su camino.
En esta celebración, el Papa Francisco llamó a los fieles a ser como los reyes magos, a seguir mirando hacia el cielo, a tomar riesgos y a proponerse llevar regalos para el niño Jesucristo. El Papa Francisco afirmó que tenemos que superar nuestro miedo a los riesgos, nuestra autosatisfacción y nuestra perspectiva negativa a pedir más a la vida, Necesitamos salir de lo ordinario y fuera de nuestra zona de confort para encontrarnos con el niño Jesús. El Papa Francisco declaró que no podemos simplemente mirar al suelo, a lo que está justo ahí ante nosotros. Necesitamos mirar al cielo, soñar y anhelar a Dios, anticipando la novedad que él trae. Los reyes magos no estaban contentos para vivir sin transformación. Desafortunadamente, hay algunos que levantan los ojos hacia los cielos y optan por no seguir a Jesús, que optan por no seguir la estrella de Belén, porque no están abiertos a las sorpresas que Dios podría traer. El Papa Francisco afirmó que Jesús no abruma y deslumbra, sino que invita gentilmente. Necesitamos estar conscientes de aquellas cosas que nos deslumbrarán en la vida, pero que nos engañarán en lugar de guiarnos sabiamente en nuestra fe y en el camino que Dios quiere para nosotros en la vida.
Había muchos desafíos durante la pandemia en maneras diferentes. Con nuestra imaginación y nuestra creatividad, buscábamos a Jesucristo en nuestras vidas y nuestro camino de fe como individuos, como parroquia y como comunidad de fe. En verdad, no podemos practicar nuestra fe exactamente de la misma manera que antes. Podríamos sentirnos frustrados por las mascarillas y todos los protocolos de seguridad. Necesitamos ser pacientes unos con otros y con las perspectivas diversas que tenemos. Debemos ser pacientes y comprender que la Iglesia, al igual que las empresas, las escuelas, y las familias, está haciendo lo mejor que puede en este momento para tomar decisiones y seguir en la fe. Todo lo que estamos haciendo en este momento requiere mucho trabajo. Lamentablemente, muchos de nosotros estamos en el límite que podemos hacer.
Como los reyes magos, a veces en nuestro camino de fe, es posible que no sepamos exactamente lo que estamos buscando, es posible que no sepamos exactamente a dónde nos está guiando Dios. Sin embargo, si ponemos nuestra mirada lo suficientemente alta, Dios no dudará en llevarnos a las nuevas epifanías y las nuevas revelaciones donde encontraremos a Dios entre nosotros de maneras inesperadas y profundas.