Hoy, miércoles de ceniza, es un día de oración y ayuno. Miércoles de ceniza marca el comienzo de la temporada santa de Cuaresma. Los sacerdotes nos edifican las multitudes de fieles que son atraídos a la misa el miércoles de ceniza, porque este día no es un día sagrado de obligación y cae justo en medio de la semana. Muchos de los que no asisten a misa regularmente los domingos todavía quieren ir a la iglesia el miércoles de ceniza. El mensaje del Miércoles de Ceniza tiene una resonancia en la vida de los fieles.
Sin embargo, para muchos de nosotros los cristianos, miércoles de Ceniza puede adquirir un significado más profundo este año. Fue en la mitad de la Cuaresma el año pasado cuando la pandemia trastornó la mayor parte de nuestras vidas. Al reconocer y conmemorar a los que se perdieron el año pasado, al reconocer los desafíos y sufrimientos que hemos soportado el año pasado, recordamos diariamente nuestra propia mortalidad. Hay esperanza en las vacunas que muchos en nuestra sociedad están comenzando a recibir. También, hay esperanza en la promesa de la resurrección de Cristo y la nueva vida que nos ofrece.
El Miércoles de Ceniza marca el primer día de los 40 días de Cuaresma, el tiempo que dedicamos a la oración, el ayuno y la reflexión en preparación para la celebración del Misterio Pascual de Cristo en el Triduo Pascual. Es un momento para que enfoquemos nuestras vidas y examinemos las verdades de la fe. Es en nuestra conmemoración de las temporadas de Cuaresma y Pascua que conmemoramos nuestra verdadera identidad como discípulos de Cristo.
El Miércoles de Ceniza es la manera perfecta de comenzar esta temporada santa que nos llama al exam de nuestra vida, a la abnegación y a la contemplación del misterio y la gracia de la misericordia de Dios. La Cuaresma nos llama a dar a los más necesitados en actos de servicio y caridad, para darles esperanza, sustento y consuelo.
Este año estaba muy difícil para nosotros en muchos sentidos. Muchas dificultades existe ahora en muchos sentidos. Hemos visto mucha violencia y división en nuestro país. Hemos tenido muchos desafíos y cambios en el lugar de trabajo, en las escuelas, en nuestras iglesias, en los lugares que frecuentamos en nuestra vida diaria. Muchos de nosotros nos hemos sentido aislados y con exceso de trabajo, sin muchas posibilidades de descanso y vacación. Al igual que la temporada de Adviento que conmemoramos justo antes de Navidad, la Cuaresma nos ayuda a mirar nuestras vidas y a poner todo esto en perspectiva. El profeta Joel nos pide que rasguemos nuestro corazón, no nuestras vestiduras, y volvamos al Señor nuestro Dios. Al comenzar la temporada santa de la Cuaresma, que el Señor nos ayude a volver nuestro corazón hacia él. Dejemos que las cenizas que nos marcan hoy nos recuerden la necesidad del arrepentimiento y la conversión. Que nuestro arrepentimiento sea humilde y sincero. Que nuestras oraciones estén abiertas a tu guía y gracia, oh Señor. Que nuestros actos de caridad sean generosos y llenos de gracia, sin restricciones ni condiciones. Durante este tiempo santo de Cuaresma, que nuestro Dios amoroso nos lleve por el camino de la santidad.
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