Friday, September 11, 2015

11 de septiembre de 2015 – viernes de XXIII semana del tiempo ordinario - 1 Timoteo 6, 2c-12

    Por dos semanas en las misas diarias, escuchamos lecturas de la carta de Pablo a los Colosenses.  Hoy, escuchamos de la primera carta de Pablo a Timoteo. Normalmente, estas cartas de Pablo están dirigidas a diversas comunidades cristianas, pero esta carta fue dirigida a una persona especifica -  Timoteo, el líder de la comunidad cristiana en Éfeso, donde trababa como administrador de esta comunidad.  Timoteo, hijo de padres judíos y gentiles, se convirtió a la fe por Pablo.  Timoteo acompañó a Pablo en su segundo y tercer viajes misioneros.  Pablo a menudo le envió a Timoteo a misiones especiales.

      Pablo le dice a Timoteo que él, Pablo, era digno por Dios para ser su mensajero.  Eso significa que cualquier persona puede convertirse en mensajero de Dios en cualquier momento si están dispuestos a convertirse en un verdadero creyente. Pablo fue un famoso perseguidor de la iglesia primitiva, sin embargo, Dios lo llamó a ser el mensajero principal a los gentiles.  En esta época, el pueblo de Dios pensaba que solo los judíos podían tener la salvación en Jesucristo.  Pablo recibió esta llamada durante el viaje en el camino a Damasco de una manera muy directa y evidente.  Todos nosotros recibimos una llamada de Dios, así.   Tenemos esta llamada en las aguas de nuestro bautismo, pero, a veces, esta llamada no es tan clara y directa como la llamada de Pablo recibió, pero está ahí. Tenemos la llamada constante de conversión y la transformación y la renovación.  Tenemos la llamada de evangelización.  Paul encontró su gozo en Cristo y en su nueva vida en él como su discípulo. Podemos encontrar la alegría en ese llamado así.

No comments:

Post a Comment