Wednesday, May 29, 2013

6/2/2013 – El Cuerpo y la Sangre de Cristo – Lucas 9, 11b-17


     Un día, la Madre Teresa de Calcuta en India ayudó una mujer de las calles. El cuerpo de esta mujer tenia muchas úlceras infectadas con bichos.  Con mucha paciencia y mucha ternura, la Madre Teresa limpió su cuerpo. La mujer gritaba a la Madre Teresa todo el tiempo.   La Madre Teresa respondía con compasión y con una sonrisa. Explicó la Madre Teresa mas tarde – ella puede trabajar cada día sin frustración y sin impaciencia solo con la Eucaristía.  El Cuerpo y la Sangre de Cristo es la comida espiritual que la sostiene.  Sin la Eucaristía, ella no puede servir ni un día ni una hora.  
     Hoy, celebramos la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo que recibimos en la Eucaristía.  Dice el Concilio Vaticano Segundo – la Eucaristía es la fuente y la cumbre de nuestra vida en la Iglesia y nuestra vida espiritual.  Nuestra vida como católicos debe tener su base en la Eucaristía.  Nuestro Evangelio de esta Solemnidad es muy interesante – no escuchamos sobre la fundación de la Eucaristía en la Ultima Cena, pero sobre el milagro de los panes y los peces para alimentar la muchedumbre. Solo este milagro están en todos los cuatro Evangelios – podemos decir que es un cuento muy importante en la vida de la Iglesia del Nuevo Testamento. 
     La muchedumbre tenía hambre para comer al fin de este día después de escuchar la enseñanzas de Cristo. Los discípulos querían enviar la muchedumbre a los pueblos y los caseríos para buscar alojamiento y comida, pero Cristo quería proporcionar esta comida. 
     El hambre es un problema grave – sin comida, no podemos vivir. Aquí, en Mississippi, hay pueblos donde 50% de la población recibe la ayuda del gobierno para conseguir su comida.  Si, el hambre es un problema muy grande en los Estados Unidos y en nuestro mundo moderno, pero hay tipos de hambre diferente en nuestra vida, y con el milagro de los panes y los peces y con la Eucaristía donde recibimos el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Jesús satisface muchos tipos de hambre que tenemos.
    Tenemos hambre de tener significado en nuestra vida – tenemos hambre para superar la superficie de nuestra vida aquí en la tierra.  Tenemos hambre para conectar con Dios en nuestra vida – para tener un vistazo del Reino de Dios en nuestro viaje. 
Tenemos hambre para tener la curación y la integridad en nuestra vida, para arreglar la desigualdad en nuestros corazones. En esta muchedumbre en el Evangelio, me imagino que había muchos tipos de hambre en sus vidas, y con sus enseñanzas y su proclamación del Reino de Dios, había una satisfacción con su hambre.
     Cuando venimos a la misa, debemos tener hambre en nuestro alma para tener la Eucaristía en nuestra vida, para comulgar en la mesa del Señor con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.  Y como el ejemplo de la Madre Teresa, con su fuerza de vivir y servir en la Eucaristía, así que el Cuerpo y la Sangre de Cristo debe ser un presencia preciosa en nuestra vida también.  Recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo – solo es el inicio.  La vida y el alimento que recibimos de Cristo en esta manera muy especial deben informar nuestra consciencia y motivar nuestras acciones. Para mi, es la definición de esta solemnidad de hoy.  En las tradiciones de la Iglesia, hoy, en esta solemnidad, hay procesiones en las calles y en los barrios.  Necesitamos llevar el espíritu de la Eucaristía con nosotros – donde vamos en nuestro viaje.  

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