Tuvimos 40 días de preparación con Jesucristo en el desierto. La celebración de Pascua esta mañana concluye los días de preparación y de espera. Pero, los días de preparación este año estuvieron muy diferente. Desde el quince de marzo, las misas públicas y las actividades públicas de la iglesia han sido suspendido. Todavía no sabemos realmente cuándo comenzarán de nuevo las misas públicas y cuándo podremos celebrar el sacramento de confirmación y el sacramento de primera comunión y la entrada de nuestros candidatos adultos a la Iglesia. Nosotros, como discípulos de Cristo, esperamos el gozo de la resurrección este día de Pascua después de nuestro camino con Jesús en el desierto. Pero, tal vez, no estamos seguros del tipo de gozo pascual que sentimos este año. ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo nos ha traído nueva vida! Esa es la buena noticia del Evangelio esta mañana. El salmista declara hoy: Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya. Pero, ¿qué significa estas palabras exactamente en la realidad de nuestra vida hoy?
Hoy, en la resurrección de nuestro Salvador, celebramos a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, que vino al mundo para que tengamos una vida nueva, que tengamos la vida al máximo. En su vida y su ministerio, Jesús predicó la realidad del Reino de Dios. Él extendió la mano de sanción a los pobres y marginados, a los enfermos y a los quebrantados como una señal del Reino que aún está con nosotros y que viene en su plenitud. Pero, en su ministerio y en su proclamación del Reino Dios, no sanó todas las enfermedades del mundo. No crió a todos los que se estaban muriendo a su vida terrenal. Si ponemos nuestra esperanza en el reino de Dios que viene en su plenitud, nosotros también podemos sembrar la esperanza en las luchas y el quebrantamiento del mundo. En esta manera, nosotros mismos podemos ser signos de esperanza y vida nueva en el mundo.
En verdad, yo sé que la mayoría de nosotros, tenemos muchas preocupaciones ahorita con esta crisis y la realidad intensa que hay el mundo ahorita. Pero, en nuestra celebración del domingo de Pascua en la sombra del virus COVID-19, podemos enfocarnos en el mensaje de Cristo y su resurrección.
Vemos el mensaje de la resurrección de Cristo vivo en nuestro mundo de diferentes maneras. Vemos personas que se acercan a los demás de muchas maneras para ayudarles. Vemos a niños y jóvenes quienes encuentran formas creativas de aprender porque las escuelas están cerradas. Vemos familias rezando juntas y celebrando la Cuaresma y la Semana Santa en maneras creativas. Tenemos personas de todas partes que asisten a misas y oraciones en Internet y se unen de una manera especial para celebrar su fe. Las familias que rezan juntas y se unen, respirando nueva energía en la iglesia doméstica, también es una forma importante en que hemos visto vivo el espíritu de la resurrección de Cristo en nuestro mundo durante estos tiempos difíciles.
Los tiempos de desafíos y dificultades pueden acercarnos a nuestra fe o alejarnos de nuestra fe. Mientras la resurrección del Señor nos llama hoy en día en medio de nuestros desafíos, permítenos sentir la presencia real del Señor resucitado con nosotros. Que la luz de la resurrección nos guíe y nos guíe hoy y todos los días.
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