Wednesday, October 30, 2013

11/2/2013 – Todos los Fieles Difuntos – John 6:37-40; Sabiduría 3:1-9; Romanos 6:3-9

      Hoy, en nuestra misa, conmemoramos todos los fieles difuntos.  Con esta conmemoración, reconocemos que nuestra Iglesia siempre nos impulsaba de orar para los fieles difuntos desde los días de la Iglesia primitiva. San Agustín de Hipona, un padre de nuestra Iglesia, dijo – “Si no preocupábamos de los difuntos, entonces no tendríamos la costumbre para orar por ellos. Esta misa de todos los fieles difuntos en la fecha del 2 de noviembre tiene su costumbre en monasterio benedictino en Cluny en Francia hace mil años. 
     Celebramos los fieles difuntos hoy como una comunidad de fe, recordando las fragilidades, las debilidades, y las imperfecciones que tenemos como seres humanos. En nuestra lectura de Sabiduría, escuchamos sobre una creencia en el mundo antiguo, una creencia que muchos en nuestro mundo moderno tienen también, que nuestra vida termina cuando nuestro cuerpos terminan su existencia aquí en la tierra. En nuestra fe católica, no necesitamos temer que mucho en este mundo es un misterio para nosotros, pero con todo que aprendemos sobre Dios, siempre tiene mas para aprender, nunca aprendemos todo sobre Dios. Entonces, hay mucho sobre la muerte que es un misterio para nosotros.
     El autor del libro de Sabiduría nos asegura: “Las almas de los justos están en manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento.  La muerte es un misterio, pero confiamos que Dios está con nosotros, ambos en nuestra vida aquí en la tierra y en nuestra muestra terrenal.  En este misterio, confiamos en el misterio infinito de Dios.  En el espíritu que vino el las aguas de nuestro bautismo, en la manera que morimos con Cristo en estas aguas, ganamos la vida nueva en El, y continuamos unidos con el Cuerpo de Cristo después de la muerte de nuestros cuerpos terrenales.  En nuestra lectura de la carta de su a los Romanos, Pablo concentra en la conexión entre la muerte y la resurrección de Cristo y nuestro bautismo, en la manera que entramos en la resurrección de Cristo resucito.  
      Aunque hay un sentido de misterio inherente en su fe, hay un sentido de misterio también. Muchas comunidades cristianas, inclusivo de nuestra comunidad aquí en Saltillo, conmemoran el Día de Todos los Difuntos en un ritual muy perecido que yo miraba en América Latina cuando trabajaba como misionero.  Esta bendición de las tumbas de nuestros difuntos queridos es un recuerdo que aunque ellos no están con nosotros en sus cuerpos, ellos todavía están con nosotros en espíritu. Además, el Día de Todos los Difuntos nos recuerda que es importante para rogar por las almas de los fieles difuntos, por las almas en el  purgatorio quienes esperan en su unión con Dios.  Asimismo, es un consuelo para nosotros para saber que los fieles difuntos nos ayudan con sus oraciones y sus intercesiones.  

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