Como católicos, hablamos y oramos sobre la Trinidad con tanta frecuencia en la Misa y en los sacramentos de la Iglesia, que no podemos reflexionar realmente en lo que la Trinidad significa para nosotros. Un buen lugar para comenzar este domingo es el Evangelio, en el que Jesús habla de las relaciones dentro de la Trinidad desde su perspectiva. B. Jesucristo habla de su relación con el Padre, de su puesto como el Hijo que tiene todo lo que tiene el Padre. Jesucristo habla de su relación con el Espíritu, a quien nos envió para ayudarnos a guiarnos en la verdad de Dios. Podemos decir que el concepto de la Trinidad habla sobre la relación de Dios como tres personas, la relación que Dios tiene con nosotros.
La mayoría de ustedes saben que la semana pasada fui a un viaje misionero con el Obispo Kopacz a Saltillo, México. Con todo lo que pasa en mi vida como sacerdote en este momento, casi cancelé este viaje. Pero, pasé la semana en las misiones con el pueblo de Dios allí y experimenté el trabajo misionero que apoyamos como diócesis. Esta experiencia fue muy edificante para mi. La misión diocesana en Saltillo tiene una historia muy interesante. En 1969, en medio del movimiento de los Derechos Civiles y la Guerra de Vietnam y muchos problemas sociales en Mississippi, el Padre Patricio Quinn de nuestra Diócesis tuvo el sueño y la visión de ser misionero en México. En nuestro viaje de la semana pasada en Saltillo estuvo Monseñor Miguelito Thornton, un sacerdote jubilado de Biloxi. Él pasó 11 años de su sacerdocio en las misiones de Saltillo. Yo publicaba fotos del viaje misionero a Saltillo en el Facebook. Yo recibí comentarios de muchos adultos que fueron a viajes misioneros allí cuando eran adolescentes. Comentaron sobre cómo ese viaje misionero fue una parte tan importante de su camino de fe. Yo tengo una historia en las misiones de Saltillo también. En el verano de 2004, antes de comenzar el seminario, fui con un grupo de jóvenes diocesanos a Saltillo que incluía algunos de los jóvenes de St Jude. En tres viajes con grupos de jóvenes a Saltillo, yo tengo muchos recuerdos maravillosos. Nuestro apoyo a las misiones y la fidelidad de la Diócesis de Jackson en los sacerdotes y los laicos de Mississippi contribuían a lo largo de los años aún hacen posible este ministerio hasta hoy día.
Entonces, ¿por qué hablo sobre este viaje misionero a México en la celebración de la Santísima Trinidad este domingo? Lo hago porque la realidad de la vida y la fe que tenemos nos ayuda a comprender mejor cómo la Santísima Trinidad vive dentro de nosotros y tiene un impacto en nosotros. La Trinidad es ciertamente un misterio de fe, pero todavía podemos profundizar en este misterio en nuestra comprensión humana. Teológicamente, hablamos de Dios como tres personas en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, pero no son personas en el mismo sentido psicológico en el que nos consideramos personas y seres humanos. En términos que podemos entender, podemos pensar en Dios como la Trinidad en tres formas distintas de ser, subsistir y existir. Dios subsiste como el Padre, creador y fuente de toda creación. Dios subsiste como el Hijo, la Palabra Divina que llega entre nosotros para darnos redención y salvación. Dios subsiste como el Espíritu Santo, como el amor y la misericordia de Dios que nos unifica con la esencia de Dios en nuestra redención y en la creación de Dios.
La Santísima Trinidad es más de un conceptos teológico. La Trinidad es una realidad, un misterio y un elemento esencial de la fe. La realidad de la Trinidad provoca nuestra curiosidad. En la vida de fe, la Trinidad es una doctrina práctica para nosotros que nos ayuda a entender a Dios y nos ayuda a vivir la fe cristiana. Mientras tratamos de entender la Trinidad y la comunidad de tres personas en la Trinidad, podemos crecer en la fe y extender la mano a nuestro prójimo desde la profundidad de nuestra fe. Tenemos un ejemplo de fe en los Apóstoles, en su creencia en la Trinidad. Los Apóstoles salían de su patria para llevar el mensaje del Evangelio a los otros países de la tierra mientras aprendían acerca de su fe en Jesucristo, en el Espíritu Santo, y en Dios Padre. De la misma manera, tenemos muchas necesidades y mucho trabajo en nuestra parroquia y en nuestra Diócesis, pero nuestra misión sigue a nuestros hermanos en otros países y en otros lugares. Eso es el ejemplo que tenemos en estos últimos 53 años en el trabajo misionero en Saltillo, México. Entonces, con la gran alegría que tenemos en la celebración de la Santísima Trinidad este domingo, tenemos una oportunidad para reflexionar sobre la realidad de Dios y para participar en la vida de Dios a través del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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