Hoy, desde Isaías, Mateo y el salmo 80, como nuestro mensaje de la Sagrada Escritura nos presenta la imagen de la viñedo, conmemoramos el primer domingo de octubre como el Mes del Respeto a la Vida. Celebramos octubre como el Mes del Respeto a la Vida, declarando este valor esencial de la fe. Este año, el mes de octubre nos llama a "vivir el Evangelio de la vida: imitar a Cristo y seguir sus pasos", conmemorando el vigésimo quinto aniversario de la encíclica EVANGELIUM VITAE (EL EVANGELIO DE LA VIDA) del Papa Juan Pablo II. En ese documento, Juan Pablo II declaró que el Evangelio de la vida está en el corazón del mensaje salvador de Jesucristo al mundo. Al tomar carne humana, Cristo habita entre nosotros y sacrifica su vida por nuestra redención, revelando la profunda dignidad de todo ser humano. Esta dignidad humana que todos compartimos no cambia con la etapa de vida o la edad, con las capacidades, con el nivel de independencia, o con cualquier otra circunstancia variable. La dignidad humana tiene sus raíces en el hecho permanente de que cada ser humano está hecho a imagen y semejanza de Dios. Cada uno de nosotros fue creado para compartir la vida misma de Dios.
El Evangelio de la vida es la fundación misma de nuestra vida como discípulos de Cristo. Jesucristo nos declaró que así como tratamos al más pequeño de nuestros hermanos, así tratamos al mismo Jesús. Juan Pablo II enumera muchas amenazas a nuestra dignidad humana: la pobreza, la desnutrición, el homicidio, el terrorismo, y la guerra. Sin embargo, el Papa llama la atención sobre las amenazas a la dignidad humana al principio y al final de la vida, que es donde la vida humana necesita la mayor protección. En Israel en la época de Cristo, los que estaban en mayor amenaza en la sociedad se llamaban ANAWIM: la viuda, el huérfano y el extraño. Hoy, en los Estados Unidos, los niños en el vientre de sus madres y aquellos miembros de la sociedad que se acercan al final de sus vidas son los "más pequeños de estos" en la estimación del mundo. Las prácticas como el aborto y el suicidio asistido rechazan la verdad eterna de que toda la vida humana debe ser apreciada y defendida con amorosa preocupación.
El miércoles, hace una semana, cuando salí a la vigilia de oración frente a la clínica de abortos al mediodía en el barrio Fondren de Jackson para orar por los no nacidos, recibimos critica de algunas personas. Pero, no importa esta critica. Dios estaba con nosotros, llamándonos a defender la verdad la fe. Las Caridades Católicas aquí en la Diócesis de Jackson tienen un programa maravilloso llamado “NACIDO LIBRE” - “Born Free” - con tratamiento para el abuso de sustancias de alcohol y drogas a mujeres embarazadas. Es un programa maravilloso en nuestra sociedad, por lo cual estas mujeres y sus familias están muy agradecidas, ayudando a que sus hijos nazcan en las mejores circunstancias posibles en medio de la lucha de sus madres contra la adicción. En conmemoración del Mes del Respeto a la Vida, aquí en St Jude, nos complace poder recolectar los artículos que se necesitan en el programa Born Free. Defender los problemas pro-vida y dejar que nuestras voces sean escuchadas y nuestras acciones sean vistas son partes importantes de ser discípulos.
Las lecturas de hoy son particularmente relevantes para el Mes del Respeto a la Vida y la llamada a vivir el Evangelio de la Vida. En la parábola de Jesús en el evangelio de Mateo, los labradores que viven en la viñedo rechazan a los sirvientes del dueño y a su propio hijo, a quien envió después de que rechazaran a todos sus otros mensajeros. Hay quienes rechazan el reino de Dios y sus mensajeros, tal como sucedió con los labradores en la parábola. Sin embargo, hay otros que aceptarán el Reino. Entonces, tenemos esta pregunta: ¿Qué significa el reino de Dios para nosotros? En verdad, ya vivimos algunos aspectos del reino de Dios en la vidas aquí en la tierra. Esperamos la plenitud del Reino en la vida eterna por venir. Sin embargo, lo importante es que el Reino de Dios nos llama a ciertos valores y a un cierto estilo de vida. Con frecuencia, los valores del Reino desafían las costumbres y normas del mundo moderno; eso es algo que tenemos que aceptar y realizar, y eso es lo que enfrentamos hoy en nuestra proclamación de su Reino.
Al conmemorar el Mes del Respeto a la Vida y el aniversario del documento Evangelium Vitae, podemos reflexionar sobre cómo vivimos personalmente el Evangelio: (1) ¿Nos informamos de las enseñanzas de la Iglesia y nos involucramos en el ámbito cívico como seguidores de Cristo y los valores del Evangelio? (2) ¿Apoyamos y promovemos leyes y políticas que protegen y defienden la vida humana? (3) ¿Trato e interactúo con los demás de la misma manera que trataría e interactuaría con el mismo Cristo? Al celebrar el Evangelio de la vida hoy y el comienzo del Mes del Respeto a la Vida, que escuchemos el llamado de Dios. Que el Evangelio de la vida realmente tenga un impacto en nuestras vidas de fe.
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