Octubre es un mes especial para nosotros en la fe católica. Es el mes de María, nuestra Madre. Es el Mes del Respeto a la Vida. Este domingo es declarado Domingo Mundial de las Misiones por la Sociedad de la Propagación de la Fe en la Iglesia Católica.
Este domingo, nos unimos en solidaridad con nuestros hermanos en todo el mundo para celebrar la responsabilidad de la Iglesia de difundir el mensaje de la Buena Nueva de Cristo. Desde que Cristo envió a sus apóstoles y discípulos al mundo como misioneros para predicar su palabra, cada generación sucesiva ha respondido a este misma llamada misionera. Los Sacerdotes, los religiosos consagrados, y los laicos comparten la responsabilidad de llegar a los que no conocen el mensaje del Evangelio y a los que no creen en Jesús nuestro Salvador. El mensaje que recibimos hoy es que todos podemos ser misioneros - pueden ser en a una tierra lejana o en nuestro pueblo en la realidad de nuestra vida diaria. Todo el mundo tiene la llamada a contribuir al plan de Dios a través de la oración, de nuestras acciones y nuestro ejemplo, y de nuestros esfuerzos de evangelización.
Del profeta Isaías, Dios proclama que nosotros que tenemos fe, debemos compartir esta fe con los demás y comunicar esta fe a nuestro prójimo: Isaías dijo: “Te llamé por tu nombre…para que todos sepan, de oriente a occidente, que no hay otro Dios fuera de mi. Yo soy el Señor y no hay otro.” Nuestra relación con Dios debe ser la parte más importante de nuestra vida. Nuestra relación con Dios debe definir nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestras acciones. Si el sacrificio que Jesús hizo por nosotros toca nuestra alma y todo nuestro ser, entonces debemos desear que nuestro prójimo tenga la oportunidad de comprender y aceptar su misericordia tal como nosotros lo hemos hecho. Por nuestra relación con Cristo, estamos llamados a tener un espíritu misionero que nos permita decir: Aquí estoy, Señor, envíame.
Las clases de la doctrina son importante en nuestra fe para educar y formar a los niños y los jóvenes. En este tiempo de la pandemia, por esta clases de la doctrina, tenemos clases aquí en la iglesia el primer domingo del mes. Las otras semanas de la semana, utilizamos el internet y lecciones con la familia en la casa. Yo tenía una clase de doctrina en español el año pasado por los adultos, pero con poca gente. Para mi, es importante para buscar una manera para formar nuestros adultos hispanos en la fe. Yo utilizo mi vida como ejemplo. Yo servía nueve años como misionero y doce años como sacerdote. Yo tengo seis diplomas de la universidad y del seminario. Pero, con estas experiencias y con esta educación, yo hago muchos esfuerzos para crecer en la formación espiritual y en la vida de fe, en la vida de discipulado.
La creatividad es importante en la forma en que vivimos la fe durante la pandemia. Estamos llamados a mirar fuera las estructuras normales en cómo practicamos la fe, en cómo expresamos la fe y en cómo crecemos en la fe durante la pandemia. Debemos ser igualmente creativos en nuestro espíritu misionero, en nuestra llamada a la evangelización. La llamada a ser misionero sea más importante ahora que en cualquier otro momento de nuestra vida con este momento de crisis en el mundo. Jesucristo nos llama a todos en la Iglesia a ser misioneros en la realidad de nuestra vida en el presente. Ojalá escuchemos este llamada en el Domingo Mundial de las Misiones.
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