Soren Kierkegaard era filĆ³sofo existencialista en el siglo XIX. Yo estudiaba sus escrituras en el seminario. Cuando asistĆa a la conferencia en Chicago, un sacerdote hablaba sobre esta oraciĆ³n de Kierkegaard. Kierkegaard escribiĆ³:
Tu nos amaste primero, SeƱor,nosotros hablamos de Ti
como si nos hubieses amado primero una sola vez;
sin embrago, continuamente,
dĆa tras dĆa durante toda nuestra vida
tĆŗ nos amas primero.
Cuando cada maƱana me despierto y levanto a ti mi alma,
tĆŗ eres el primero, tĆŗ me amas primero.
Si me levanto al alba e inmediatamente
levanto hacia ti mi espĆritu y mi oraciĆ³n, tu me precedes,
Tu ya me has amado primero. Y siempre asĆ.
Y nosotros somos tan desagradecidos que hablamos como si TĆŗ nos hubieses amado primero una sola vez.
No importa quĆ© es la situaciĆ³n, Dios estĆ” allĆ con nosotros. Puede que, no lo veamos. Puede que no lo reconozcamos. Podemos negarlo. Puede que no lo entendamos. Pero Ć©l estĆ” allĆ. Y Ć©l estaba allĆ primero, como Kierkegaard expresa en las palabras en su oraciĆ³n.
Ustedes conocen que me gusta muchĆsimo el equipo de beisbol - los Cachorros de Chicago. La semana pasada cuando yo estaba en la conferencia en Chicago, los Cachorros estaban en la ciudad al mismo tiempo, tenĆa muchas ganas para ir a este partido de beisbol y no podĆa dejar pasar esa oportunidad. Un amigo mĆo preguntĆ³ por Ćŗltima vez cuando fui a ver a los Cachorros. Fue en 1996. Y el tiempo antes de eso, yo tenĆa 11 aƱos de edad! Me recuerdo que en mi niƱez , mi mamĆ” y todos mis tĆos y mis tĆas, y mi abuelo - ellos estaban aficionados del equipo de los Cachorros. Siempre tuvimos muchas ganas que los Cachorros ganan, pero, al fin, para ser aficionados, no importaba si los Cachorros ganaban o perdĆan. Les encantĆ³ a los Cachorros. Les encantĆ³ ver los partidos en WGN en el Tele. Y como niƱo, aunque veĆa a los Cachorros tener una temporada perdida casi cada aƱo, ellos estaban nuestro equipo, el equipo de mi ciudad y mi familia y mis amigos. Cuando fui al partido de los Cachorros el 4 de julio, fue el muchedumbre mas grande que tuvieron en un partido de temporada regular en mĆ”s de 4 aƱos. Y los Cachorros no gana mucho este aƱo. Cuando yo escribĆ esta homilĆa, los Cachorros han ganado 42 partidos, pero han perdido 42 partidos este aƱo tambiĆ©n. No es muy bueno.
Yo se que muchos de ustedes son aficionados de los equipos de deportes - el equipo de futbol de Mexico y otros equipos aquĆ en los EEUU. Pero, el amor que tenemos por nuestros equipos deportivos, la amistad que nos sentimos con los demĆ”s aficionados, eso no es nada como el amor que Dios tiene por nosotros o por la comunidad que tenemos en la comunidad de los discĆpulos de Cristo.
Pablo nos habla hoy de dos yugos: el yugo de la carne y el yugo del EspĆritu. Antes de nuestro bautismo en la fe, somos de la carne y somos deudores a la carne. Con nuestro discipulado en Cristo, con el EspĆritu Santo trabajando en nuestras vidas, somos liberados del pecado, del yugo de la carne para renacer como nuevas creaciones a la luz de Cristo. Sin embargo, continuamos pecando, continuamos siendo atraĆdos lejos de Dios y sus leyes. Sin embargo, somos constantemente llamados de nuevo al amor de Dios, al amor de Cristo, al EspĆritu que nos llevarĆ” de regreso con la gracia de Dios.
En el evangelio de hoy, Cristo dice: "Vengan a mĆ, todos los que estĆ”n fatigados y agobiados por la carga y yo les darĆ© alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mĆ, que soy manso y humilde de corazĆ³n, y encontrarĆ”n descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera." Si, podemos poner nuestros problemas y nuestros desafĆos en los brazos de Cristo. El puede ayudarnos en nuestro camino. Con Ć©l, podemos encontrar descanso. Con Ć©l, podemos encontrar un yugo diferente del yugo del mundo. Podemos encontrar a nuestro SeƱor Jesucristo hoy en la realidad de nuestro camino. Pero, no solo hoy - tambiĆ©n, cada momento de nuestro camino.